El objetivo de las tropas ucranianas hoy es doble: recuperar el territorio perdido y hacer pagar caro el avance a los rusos. Los ucranianos, a diferencia de los rusos, conocen el terreno a la perfección y están habituados al entorno. Otra cuestión es que los rusos ampliaran el frente, en lugar de concentrarse donde están ahora, y obligaran a extender las líneas ucranianas.
La guerra de invierno engloba las operaciones militares condicionadas por la nieve, el hielo, las circunstancias de deshielo o el frío. A veces, el frío o sus secuelas -el deshielo- ha sido un factor decisivo en el fracaso de una campaña, como ocurrió con la invasión francesa de Rusia en 1812, la invasión soviética de Finlandia en 1939 y la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941.
La tradición rusa sostiene que el «general Invierno» y su compañero «el general Fango» se pondrán del lado de Rusia como lo hicieron en siglos pasados para repeler a las fuerzas invasoras. Sin embargo, esta vez, Rusia es el Ejército invasor.
La temporada de nieve en Ucrania dura más de cinco meses, del 28 de octubre al 5 de abril, con una precipitación de nieve de por lo menos 25 milímetros en un intervalo móvil de 31 días. Durante los meses de invierno, la temperatura media varía entre los -4º grados centígrados y los 2ºC. Regiones como Ivano-Frankivsk, Sumy, Járkov o Lugansk, registran temperaturas medias de -7º grados y pueden llegar a los -20º.
La nieve, el hielo y las bajas temperaturas afectan a los soldados, las municiones y los vehículos militares, también perturban las operaciones de colocación de minas.
Los vehículos han de adaptarse a las operaciones de invierno, usando cadenas. Los motores diésel arrancan peor en frío.
En climas gélidos, el suelo congelado es duro de excavar. Los caminos y las zonas de aterrizaje requieren equipo pesado, fatigoso para operar en el frío y requiere protegerlo de la congelación. Las tormentas de nieve obligan a la limpieza y el deshielo de primavera requiere el manejo del suelo descongelado. Las zonas de aterrizaje demandan estabilizar el polvo y la nieve para evitar cegar a los pilotos.
El suministro y tratamiento de agua en clima frío es un reto. El almacenamiento de líquidos y alimentos puede demandar calefacción. El sistema de distribución de agua puede congelarse y obstruirse.
El analista ruso Oleg Zhdanov dijo que las hostilidades no disminuirán en invierno y el clima seco y helado permitirá al Ejército ucraniano ejecutar misiones de combate y operaciones de contraofensiva: «Habrá acciones activas. Hoy, incluso la lluvia no interfiere. Sí, es muy duro, lo que dificulta la lucha, aguanieve. Cuando la gente está bajo la lluvia, su ropa está mojada, es muy desagradable, y en condiciones de combate es aún peor», dijo.
Los mejor pertrechados ganarán
«Y el invierno, las bajas temperaturas secarán el suelo. La escarcha congela la humedad y forma una superficie dura. La humedad disminuye en los días helados», explicó Zhdanov, que resaltó: «Quien abrigue más a su soldado, quien mejor prepare los puntos de calefacción para el personal, quien entregue comida caliente a sus tropas, ganará la campaña de invierno», dijo el experto militar que conjetura que el invierno ayudará al Ejército de Ucrania. Es común que ese clima provoque tres tipos de lesiones por frío: hipotermia, pie de trinchera y congelación.
«Es más fácil pelear en el frío que en la lluvia. No habrá pausa. Esta es nuestra ventaja. Por el contrario, el clima helado, pero seco, permitirá realizar operaciones de contraofensiva para las Fuerzas Armadas de Ucrania», explicó Zhdanov.
La guerra en Ucrania oriental es, en gran parte, artillera. Los artilleros disparan y se trasladan a otro lugar, huyendo de la probabilidad de que el enemigo ataque el lugar desde donde dispararon los proyectiles.
En la nieve, las huellas de los vehículos son visibles para los drones e indican el lugar al que se trasladaron los soldados. Si las tropas encienden un fuego para calentarse serán aún más visibles y la falta de hojas en los árboles los expondrá aún más.
«No podemos pelear como solíamos hacerlo en primavera y verano. Es mucho más difícil de ocultar», dijo Mykola Bielieskov, analista del Instituto Nacional de Investigaciones Estratégicas de Ucrania. «Se diseñarán nuevas estrategias y métodos, y lucharemos en nuevas realidades».
Las condiciones más duras son este mes y principios de diciembre, parte de un período que los rusos llaman «rasputitsa», el momento en que las carreteras se disuelven, tras el cual el barro se convertirá en tierra dura y será más fácil moverse. «Quien se prepare mejor y sea capaz de utilizar esta situación a su favor podrá seguir adelante», dijo Bielieskov.
Yury Bereza, comandante del batallón Dnipro-1 de la Guardia Nacional de Ucrania, dice que sus 1.500 hombres están equipados con botas de repuesto y mantas calientes: «El invierno, ante todo, significa botas y calcetines mojados».
En la red de trincheras que sus hombres han cavado en las afueras de Slovyansk, en el este de Ucrania, tienen grandes reservas de leña y estufas, dijo. Bereza, que ha luchado en la guerra en el Este desde 2014, señaló que en Ucrania oriental las temperaturas pueden caer a -20 grados centígrados, mientras en el sur son más suaves.
Dijo que los combates se intensificarán cuando las temperaturas bajen y el suelo se congele, pero cree que los rusos sufrirán más. «Solo en los anuncios los equipos rusos funcionan a menos 20 grados», dijo. «El nuestro funciona mejor, pero en realidad todo se ralentiza y necesitamos combustible y aceite extra para asegurarnos de que nuestro equipo no se averíe».
«Pronto entraremos en un período de ‘rasputitsa’, heladas y una transición del período de resistencia de otoño a invierno. Eso significa que la línea del frente se estabilizará en la mayoría de los lugares y la guerra de trincheras continuará», declaró a The Wall Street.
«Estamos entrando en un período de atenuación. Viene el invierno. Los días son más cortos, hay lluvias y nubes», avisó Aleksandr Jodakovsky, comandante del Batallón prorruso Vostok y exjefe de la unidad Alpha ucraniana, en el este de Ucrania: «El enemigo también entiende esto y parece que está tratando de abrirse paso en lugares en estos últimos días cálidos y secos.»
Ayuda extranjera
Ucrania ha pedido suministros de invierno a los occidentales. El Ejército de EE UU ha proporcionado decenas de miles de equipos para clima frío, según el Pentágono. Canadá, Bulgaria y otros miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte están enviando miles de artículos. Los carteles en Kyiv y otras ciudades ucranianas instan a los residentes a donar dinero para «mantener calientes a las fuerzas armadas».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró: «Se ha prestado mucha atención a la ropa de invierno, al equipo que les permita operar también durante el invierno, generadores, tiendas de campaña y todas las cosas que son extremadamente importantes para permitir que las fuerzas ucranianas operen también durante el invierno».
Ni rusos ni ucranianos son ajenos al gélido clima invernal pero unos combaten en su casa.
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