La primera edición de los Premios Influencia Hispana tuvo lugar en el Hotel Intercontinental de Madrid, y desde ese momento se posiciona como un evento de referencia para la cultura hispana. La gala, conducida por el periodista Jesús Álvarez, reunió a destacadas figuras de la música, la gastronomía, el deporte, la moda y muchas otras disciplinas, con el propósito de reconocer a profesionales hispanos cuya labor enriquece y expande la influencia cultural hispana en el mundo.
En un elegante y colmado salón Albéniz, Álvarez, quien condujo la ceremonia, destacó con entusiasmo la convocatoria del evento: “El salón está absolutamente a rebosar, como en los grandes partidos de fútbol o en las manifestaciones más importantes”. En su discurso de apertura, describió los premios como un símbolo de la unión entre los hispanos. “Es un privilegio presentar estos premios Influencia Hispana, que nacen con la vocación de continuidad y con el propósito de resaltar todo lo que nos une: desde el idioma hasta esa forma de entender la vida que nos hace únicos”, enfatizó el periodista.
La ceremonia tuvo un momento especial con la intervención de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien fue invitada al escenario para inaugurar oficialmente el evento. Con voz firme y emotiva, Díaz Ayuso expresó: “Madrid es la casa de todos los que buscan prosperidad, libertad y, lo más importante, un lugar donde caben todos los acentos”.
Al dirigirse a la audiencia, Díaz Ayuso subrayó la importancia de la Hispanidad y la riqueza de su legado, señalando que “la mejor obra de España ha sido la Hispanidad”. Enfatizó que pocas culturas en el mundo pueden igualar el valor de esta herencia cultural. Además, advirtió sobre el peligro de olvidar la historia y dejarse llevar por el populismo, destacando que el conocimiento y la preservación de la Hispanidad son claves para mantener su legado vivo.
En sus palabras, la presidenta madrileña mencionó a cada galardonado, añadiendo comentarios elogiosos sobre sus contribuciones. Al finalizar, concluyó: “Cualquier cultura daría lo que fuera, por tener lo que nosotros tenemos”, arrancando un caluroso aplauso del público, que valoró el reconocimiento y las palabras de admiración de la madrileña.
Uno de los momentos más emotivos de la gala ocurrió con la entrega del galardón honorífico a Leopoldo López Gil, político y empresario venezolano, quien fue homenajeado por su labor en la defensa de los derechos humanos y su lucha constante por la democracia. En un giro inesperado, la esposa de López Gil, Antonieta Mendoza de López, fue invitada al escenario para presentar el galardón a su esposo, generando un momento cargado de significado. Con voz emocionada y una sonrisa de orgullo, Mendoza de López comenzó:
“Tener que darle este premio en forma de corazón significa demasiado”, dijo, sosteniendo la escultura en sus manos, una pieza única hecha a mano por el artista mexicano Juan Carlos Santoscoy.
“Ustedes me han sorprendido; tener en mis manos este corazón significa demasiado: este premio a mi marido de 57 años”. La audiencia respondió con un aplauso cálido y prolongado. Visiblemente conmovida por la sinceridad de sus palabras, la esposa de Leopoldo López continuó en un tono íntimo y profundo: “Yo soy venezolana de nacimiento, pero de corazón española”.
Entre aplausos, explicó lo que la conecta a España, mencionando que su nacionalidad española fue otorgada por el presidente Mariano Rajoy y, en un gesto aún más personal, reveló que un trasplante de riñón realizado en el Hospital 12 de Octubre la unió de forma única al país europeo.
“Hoy tengo a España en mi cuerpo, en mi organismo. Por eso siento a España. La tengo dentro de mí”, confesó, mientras la audiencia la ovacionaba con entusiasmo.
Con sus palabras, también aprovechó para agradecer a España por todo el apoyo y oportunidades brindadas a ella y su familia, y añadió con humor: “Le entrego este premio a Leopoldo, mi marido de 57 años”, generando sonrisas y otro cálido aplauso entre los presentes.
Leopoldo López Gil, visiblemente emocionado, tomó el micrófono y, mirando a su esposa, expresó con una sonrisa cariñosa: “Creo que es el segundo corazón que me entregas”, arrancando risas y aplausos.
Dirigiéndose al público, saludó en tono cercano y orgulloso: “Queridos hermanos, porque eso somos”, y agradeció el galardón con palabras llenas de orgullo por la hispanidad. “Me siento orgulloso. ¿Quién no se puede sentir orgulloso de celebrar la hispanidad?”, afirmó.
Para López, la hispanidad es mucho más que una herencia cultural; es un lazo que une a seiscientos millones de personas en un lenguaje común, una maravilla que permite comunicarse sin fronteras en un continente completo y más allá.
“Y ahora, en Estados Unidos, casi el 15% de la población habla español”, añadió con satisfacción, resaltando el crecimiento y la influencia del idioma español en el mundo.
López destacó que el orgullo por la Hispanidad trasciende la lengua compartida, abarcando la moda, la música, el deporte y la justicia, recordando que fueron sacerdotes españoles quienes, siglos atrás, promovieron los derechos y la igualdad de los pueblos americanos. Finalizó su intervención rechazando las críticas actuales sobre el legado hispano: “Es injusto hablar hoy de que la hispanidad fue un crimen”, enfatizando que la hispanidad es una cultura que simboliza unidad y justicia.
La gala concluyó con un ambiente de celebración, dejando un recuerdo inolvidable de la grandeza de la cultura hispana y la influencia de sus líderes. La velada finalizó con una presentación del cantante venezolano Carlos Baute, quien cerró la noche entre aplausos y emociones, reafirmando la identidad y fortaleza de la cultura hispana en el escenario global.
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