La guerra en Sudán, que este lunes cumple un año, pone en peligro el futuro de una generación entera de niños del país africano, unos 4 millones de los cuales sufren desnutrición aguda, mientras que 90% de los 19 millones de menores en edad escolar están privados de esa educación, según dijo Unicef en un comunicado.
«La guerra ha provocado una combinación mortal de desplazamientos, brotes de enfermedades y hambre. Se espera que alrededor de 4 millones de niños menores de cinco años sufran desnutrición aguda este año», de los cuales 730.000 están expuestos a desnutrición aguda grave, que pone en peligro sus vidas, advirtió la nota.
Lamentó también que Sudán atraviesa una de las peores crisis educativas del mundo, ya que «más de 90% de los 19 millones de niños en edad escolar del país no pueden acceder a la educación formal», algo que «conducirá a una crisis generacional» en el país.
«Esta guerra brutal y la hambruna potencial están creando un entorno siniestro que provocará una pérdida catastrófica de vidas infantiles», dijo el director ejecutivo adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ted Chaiban, según la nota.
«Aproximadamente la mitad de los niños que sufren desnutrición aguda grave viven en zonas de difícil acceso, donde continúan los combates, lo que hace que sus condiciones sean aún más peligrosas», añadió.
Según Unicef, cientos de miles de niños de Sudán no tienen acceso a agua potable, en medio de brotes persistentes de enfermedades como el cólera, el sarampión, la malaria y el dengue que «amenazan las vidas de cientos de miles de niños».
Los fuertes aumentos de la mortalidad, especialmente entre los niños desplazados internamente, sirven como una advertencia anticipada sobre la posibilidad de pérdidas catastróficas de vidas, a medida que el país entra en la estación seca anual, apuntó.
Advirtió también de que «los sistemas básicos y los servicios sociales de Sudán están al borde del colapso», y que «los trabajadores de primera línea no reciben sus salarios durante un año», mientras que «los suministros vitales se han agotado y la infraestructura, incluidos hospitales y escuelas, sigue siendo atacada».
El comunicado indica, por otro lado, que las hostilidades en Sudán, donde también son frecuentes conflictos comunales, provocaron que se quintuplicaran las denuncias de violaciones graves de los derechos de los niños, en particular el reclutamiento por fuerzas y grupos armados, así como los asesinatos, mutilaciones y violencia sexual.
Sudán también se ha convertido en la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo, con más de 4 millones de niños obligados a abandonar sus hogares desde abril de 2023, incluido alrededor de un millón de niños que han cruzado a países vecinos, especialmente a Chad, Egipto y Sudán del Sur, agregó.
Chaiban consideró, no obstante, que «todo esto es evitable» y «podemos salvar vidas si todas las partes en el conflicto lo permiten», por lo que pidió ayuda para llegar a las comunidades necesitadas y «cumplir nuestra misión humanitaria sin politizar la ayuda».
La guerra, desatada el 15 de abril de 2023 entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, ha dejado más de 8 millones de desplazados y refugiados -la mayor ola actual en el mundo de movimiento migratorio- y casi 14.000 muertos, según la ONU.
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