Durante una ceremonia de bienvenida a Nueva Zelanda, un grupo de guerreros maoríes retaron al príncipe Carlos a recoger una lanza previamente clavada en el suelo, un acto que se utilizaba antiguamente para asegurarse de las intenciones pacíficas del visitantes.
A esta ceremonia conocida como “wero” le siguió otra serie de actos protocolarios protagonizados por maoríes como el saludo “hongi” en el que se roza las narices, una “haka”, una danza tradicional maorí que ha sido popularizada por los jugadores de rugby neozelandeses, así como el protocolo de recepción “karanga”.
El príncipe Carlos y su esposa Camilla llegaron al país oceánico para una visita de seis días, en una gira hasta el 25 de noviembre en la que también visitarán las Islas Salomón y Tuvalu.
En los actos del martes, que tuvieron lugar en la Casa de Gobierno en la ciudad de Auckland, estuvieron presentes la primera ministra, Jacinda Ardern, así como la gobernadora de Nueva Zelanda, Patsy Reddy, representante de la reina Isabel II en el país.
El príncipe tiene previsto viajar a la zona del Tratado de Waitangi, un histórico lugar en donde se firmó un acuerdo entre la Corona y los jefes maoríes de la Isla Norte en 1840 mediante el cual se establece la relación entre ambas partes.
El heredero de la corona británica irá junto a su esposa a la ciudad de Christchurch, escenario el pasado marzo de un atentado supremacista contra dos mezquitas que se saldó con 51 muertos, entre otras actividades, de acuerdo con un comunicado de su oficina de prensa.
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