La VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) comenzó este martes en Buenos Aires con la cancelación, en la víspera, del viaje de Nicolás Maduro, y la vuelta al foro multilateral del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Los representantes de los 33 países de la región, entre ellos una quincena de jefes de Estado y de gobierno, fueron recibidos desde las 10.00 horas (13.00 GMT) en el céntrico hotel Sheraton de Buenos Aires, sede de la reunión, por el mandatario argentino, Alberto Fernández.
Los primeros en saludar al anfitrión fueron el boliviano Luis Arce, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el paraguayo Mario Abdo Benítez, a los que siguieron la hondureña Xiomara Castro y el dominicano Luis Abinader.
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También acudieron el chileno Gabriel Boric y el colombiano Gustavo Petro, cercanos ideológicamente a Fernández, así como los caribeños Philip Davis (Bahamas) Mía Mottley (Barbados), Mark Philips (Guyana), Ariel Henry (Haití) y Ralph Gonsalves (San Vicente y Granadinas).
El plato fuerte de la cumbre, sin embargo, es la vuelta a la Celac de Brasil, que abandonó el foro en 2020, durante el mandato de Jair Bolsonaro (2019-2023), al considerar que «daba protagonismo a regímenes no democráticos, como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua».
El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue el último en ingresar al hotel Sheraton y fue recibido con un efusivo abrazo por Fernández, con quien le une una estrecha relación.
«Una Celac sin Brasil es una Celac mucho más vacía», dijo Fernández en su discurso inaugural.
«Plan de agresión» contra Maduro
La asistencia del venezolano Nicolás Maduro fue la gran incógnita en los últimos días. La incertidumbre sobre su participación se mantuvo casi hasta el final.
El lunes por la tarde, la Presidencia venezolano informó de un presunto «plan de agresión» de la «derecha neofascista» contra la delegación que iba a encabezar Maduro y anunció que en su lugar viajaría el canciller Yván Gil.
«No habrá amenaza ni agresión que pueda detener la ola progresista que se ha levantado en América Latina y el Caribe para construir la unión definitiva de nuestros pueblos. Venezuela alza su voz bolivariana en defensa de la integración regional», afirmó Maduro este martes en Twitter.
El posible viaje del presidente venezolano generó una gran controversia y un amplio rechazo en Argentina, donde dirigentes de la oposición derechista solicitaron declarar a Maduro «persona no grata».
Incluso, la presidenta del partido Propuesta Republicana (el mismo del expresidente Mauricio Macri), Patricia Bullrich, tenía previsto denunciarlo a la DEA para que fuera detenido por su participación en el ‘Cártel de los Soles’.
Sí viajó a Buenos Aires, en cambio, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien aseguró en su cuenta de Twitter minutos antes del comienzo de la cumbre que la integración latinoamericana y caribeña es «indispensable».
«Fortalecer este mecanismo diverso e inclusivo es una necesidad impostergable y un deber compartido para lograr la unidad de nuestra América», publicó el líder cubano.
Por parte de Nicaragua, acudió el canciller Denis Moncada en representación del presidente Daniel Ortega. En el pasado, el jefe de Estado centroamericano acusó a Fernández de «traicionar» los principios de la Celac y de haberse convertido «en un instrumento del imperio yanqui».
Tampoco asistieron el mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien no suele participar en este tipo de citas, ni el ecuatoriano Guillermo Lasso.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, tampoco asiste, debido a la crisis abierta en el país andino, aunque el cónclave regional abordará inevitablemente la situación en Perú, donde más 60 personas han muerto en distintas manifestaciones desde el fallido autogolpe de Estado el pasado 8 de diciembre del entonces presidente Pedro Castillo. En su lugar, viajó la canciller peruana, Ana Gervasi.