La Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió este viernes medidas cautelares contra Israel para pedirle pasos “inmediatos y efectivos” que impidan la comisión de un genocidio en Gaza y que castigue cualquier incitación al exterminio de los palestinos de la Franja, aunque no le exigió un “alto el fuego” como había solicitado Suráfrica.
La lista de nueve medidas cautelares solicitadas de forma urgente por Suráfrica al máximo tribunal de Naciones Unidas se redujo a seis, todas destinadas a instar a Israel a evitar un genocidio contra los civiles palestinos de Gaza, aunque sin ninguna orden destinada a pedir el fin a sus actividades militares en la Franja, la medida que encabezaba la solicitud de Pretoria.
La Corte vio “plausible” el riesgo de genocidio de un grupo concreto, los palestinos de Gaza, y, con base en los argumentos presentados por Suráfrica en la audiencia del 11 de enero, hay riesgo de “causar un daño irreparable” a este grupo con la ofensiva iniciada por Israel tras el ataque del grupo islamista Hamás el 7 de octubre, que se cobró la vida de 1.200 personas.
La CIJ exigió a Israel, como primera medida cautelar, “tomar todas las medidas en su poder para prevenir la comisión de todos los actos” recogidos en el artículo 2 de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948), que, entre otras cosas, prohíbe “matar miembros del grupo” o “infligirles deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial”.
En este sentido, como segunda medida, Israel deberá “asegurarse con efecto inmediato de que sus militares no cometan” ninguno de esos actos prohibidos por la Convención, y, al mismo tiempo, tomará “todas las medidas en su poder para prevenir y castigar la incitación directa y pública a cometer un genocidio” de los civiles en Gaza.
“El Estado israelí adoptará medidas inmediatas y efectivas para permitir la prestación de servicios básicos y asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia para abordar las condiciones de vida adversas que enfrentan los palestinos en la franja de Gaza”, indicó la CIJ como cuarta medida cautelar.
Asimismo, añadió en la dos siguientes exigencias, el gobierno israelí debe prevenir la destrucción, asegurar la preservación de todas las pruebas relacionadas con este caso, que rodea la violación de la Convención sobre el Genocidio, y entregar un informe en un plazo de un mes donde explique “todas las medidas tomadas” para cumplir con estas órdenes.
Se trata de medidas cautelares que se aplican mientras tiene lugar el fondo del procedimiento iniciado contra Israel por presunta violación de la Convención con su ofensiva en Gaza, aunque estas medidas no son una confirmación legal de que Israel cometió un genocidio, ni una sentencia sobre el caso en sí, algo que tardará años en llegar.
La CIJ también confirmó que tiene jurisdicción prima facie (a primera vista) sobre lo expuesto por Suráfrica para solicitar medidas provisionales, aunque esta no es una decisión sobre la jurisdicción oficial sobre la totalidad del procedimiento, algo que aún podría decidirse en una etapa posterior.
Un grupo de unas 300 personas, con banderas y carteles propalestinos, siguieron la sesión a través de una pantalla instalada delante del tribunal.
Reacciones
En una primera reacción a estas medidas, la ministra de Relaciones Internacionales de Suráfrica, Naledi Pandor, advirtió de que “sin un alto el fuego, ninguna de las medidas exigidas” podría “llevarse a cabo” y consideró que un cese de las hostilidades es “imprescindible” para que el Estado israelí cumpla las órdenes del tribunal.
En declaraciones a la prensa en La Haya, alertó de que “si leemos la decisión (de la CIJ) por implicación, un alto el fuego es imprescindible” y se preguntó “cómo transportar ayuda humanitaria y garantizar que las personas heridas reciban cuidados sanitarios” sin un cese de las hostilidades.
“Me hubiera gustado una orden directa de alto el fuego. Pero, de ninguna manera voy a decir que estoy decepcionada”, añadió Pandor, que consideró la emisión de estas medidas como una “victoria decisiva”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que la acusación de genocidio contra Israel “no solo es falsa, es indignante”, y celebró que el tribunal no ordenara un alto el fuego.
Hamás celebró la decisión de la CIJ y la consideró «un avance importante que contribuye a aislar a la ocupación (israelí) y a exponer sus crímenes en Gaza».
Tras el ataque de Hamás, el Ejército israelí inició una ofensiva militar en Gaza que suma casi 26.000 palestinos muertos, más de 63.700 heridos, y 1,9 millones de desplazados en un territorio habitado por 2,3 millones de personas.
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