La Casa Blanca advirtió este jueves que el equipo del presidente electo, Donald Trump, aún no ha firmado unos documentos clave para iniciar formalmente la transición de poder, que permiten, entre otras cosas, verificar los antecedentes penales de las personas seleccionadas para su futura Administración.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, señaló que el equipo de transición de Trump «aún» no ha cumplido con este requisito, lo que impide iniciar el proceso de transición con la Casa Blanca y la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés), entidad encargada de apoyar el funcionamiento básico del gobierno, como la gestión de oficinas.
«Vamos a continuar colaborando con el equipo de transición de Trump para garantizar una transferencia de poder eficiente y efectiva», añadió.
El retraso en la firma de estos documentos dificulta que el gobierno federal procese la revisión de antecedentes penales de nombramientos en áreas clave, como Exteriores o Seguridad Nacional. Esto podría limitar la cantidad de personal con acceso a información sensible cuando Trump asuma el cargo el 20 de enero de 2025.
Plazos incumplidos
Estos acuerdos están contemplados en la Ley de Transición Presidencial, aprobada por el Congreso en 2022, que exige que el equipo del presidente electo implemente un plan ético y revele las donaciones privadas recibidas.
La ley establece plazos para que los candidatos a la Presidencia firmen dichos acuerdos: el 1 de septiembre con la GSA y el 1 de octubre con la Casa Blanca. Sin embargo, ambos plazos han sido incumplidos.
El equipo de transición de Trump no ha ofrecido explicaciones públicas sobre la demora. Uno de sus portavoces, Brian Hughes, se limitó a declarar el pasado viernes que «los abogados del equipo continúan dialogando constructivamente con los abogados de la Administración de Biden respecto a todos los acuerdos contemplados en la Ley de Transición Presidencial».
Contactos entre los equipos Trump – Biden
Esta falta de cooperación ocurre pese a los esfuerzos del gobierno de Biden por garantizar una transición «pacífica y ordenada», en un intento por reforzar las instituciones de EE UU. tras el asalto al Capitolio de 2021, cuando una turba de simpatizantes de Trump irrumpió en el edificio para intentar bloquear la certificación de la victoria de Biden en 2020.
Tras su victoria frente a la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en las elecciones del 5 de noviembre, Biden invitó a Trump a una reunión en el Despacho Oval el 13 de noviembre, en la que ambos se comprometieron públicamente a una transición pacífica.
En paralelo, el jefe de gabinete de Biden, Jeff Zients, ha mantenido contacto con miembros clave del equipo de transición de Trump, como Howard Lutnick, director ejecutivo de Cantor Fitzgerald y nominado por Trump para secretario de Comercio, y Linda McMahon, exejecutiva de World Wrestling Entertainment, propuesta como secretaria de Educación.
Esta falta de avances ha llevado a organizaciones como ‘Partnership for Public Service’, dedicada a abogar por un gobierno más eficiente, a advertir sobre posibles graves consecuencias para el funcionamiento del Ejecutivo, que podrían afectar directamente en los ciudadanos si los retrasos persisten.