El gobierno de Joe Biden puso a disposición la aplicación móvil CBP One para que los migrantes, entre ellos venezolanos, programen una cita y envíen información por adelantado para presentarse en ciertos puntos de entrada terrestre de Estados Unidos, en la frontera con México, para solicitar el ingreso a ese país.
Biden anunció esta nueva funcionalidad la semana pasada como parte de una serie de medidas fronterizas adicionales que está tomando para “expandir las vías para la inmigración legal, limitar la inmigración ilegal y aumentar la seguridad”, recordó el Departamento de Estado.
Solo para excepción humanitaria
La aplicación, desarrollada por Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, entró en efecto el pasado 12 de enero y es solo para ciudadanos de cualquier nacionalidad que se encuentren en el centro o norte de México. Su uso no tiene costo alguno.
Las autoridades aclararon que únicamente pueden usarla los extranjeros que se consideren una excepción humanitaria debido a las órdenes judiciales que exigen que se mantenga el Título 42.
“CBP está autorizada a exceptuar a las personas caso por caso, en función de la totalidad de las circunstancias, incluidas las consideraciones de interés humanitario”, señaló.
Agregó que los extranjeros que usen la aplicación deben dar fe de que cumplen con ciertos criterios de vulnerabilidad identificados y estar preparados para corroborar esa afirmación al presentarse en un puerto de entrada.
La cita no es una garantía
El Departamento de Estado indicó que la aplicación proporciona una forma segura y ordenada para que ciertos migrantes se presenten en los puntos de entrada, a diferencia de intentar cruzar las fronteras de Estados Unidos sin autorización.
Aclaró asimismo que una cita programada a través de la aplicación CBP One no es una garantía de excepción de la orden del Título 42.
“Los no ciudadanos (extranjeros) que soliciten una excepción a la Orden del Título 42 podrán usar la aplicación para enviar cierta información biográfica y biométrica y programar una cita con hasta 14 días de anticipación”, explicó.
Las autoridades estadounidenses esperan que el uso de esta herramienta reduzca los tiempos de espera y ayude a garantizar un procesamiento seguro, ordenado y optimizado de los migrantes.
“Nadie ha dormido”
Muchos migrantes se desvelaron en un campamento de migrantes en la ciudad de Matamoros, ubicada en el noreste de México, reseñó la agencia AFP. Estaban ansiosos por iniciar el trámite que les permita entrar a Estados Unidos desde México.
“Nadie ha dormido, nadie, pero aquí estamos para adelante, guerreando para poder hacer el trámite. Queremos estar en Estados Unidos, principalmente porque tengo a los míos allá”, dijo entusiasmado Henry Moreno, de 60 años de edad, a la agencia de noticias.
Moreno salió de Venezuela con sus hijos Grecia, de 20 años, y Moisés, de 28; también su perro Chonero.
Se estima que en Matamoros permanecen varadas alrededor 7.000 personas en condiciones precarias y soportando las bajas temperaturas invernales. Las primeras citas fueron programadas para el 18 de enero.
El otro mecanismo
Otro proceso, también anunciado por la Casa Blanca, permitirá el ingreso mensual de hasta 30.000 cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos. Quienes apliquen deberán ingresar por avión, desde sus países de origen o desde donde estén, además de superar una investigación de antecedentes penales, tener un patrocinador en Estados Unidos que les brinde apoyo financiero y estar vacunados.
Pero la esperanza no llega sin dificultades. Junior Graterol y Javier Bello, venezolanos de 30 y 31 años de edad, respectivamente, consiguieron entrevistas con la aplicación para fines de enero en una oficina cercana a Tijuana.
El problema: ambos están en Ciudad Juárez, vecina de El Paso (Texas), a casi 1.200 kilómetros del lugar de la cita, sin permisos para trasladarse por territorio mexicano ni dinero para costear el viaje.
“Necesito un permiso o algo para que me valide cuando yo me dirija a ese punto de mi cita (las autoridades) no me agarren”, dice Graterol a la AFP.“Esta es la única esperanza que me queda”, dijo, por su parte, Bello.