Francia se enfrenta, este domingo, a la primera vuelta de las elecciones legislativas, tras la sorpresiva disolución de la Asamblea Nacional, anunciada por el presidente galo, Emmanuel Macron, al calor del fracaso de su lista en las elecciones europeas del pasado 9 de junio, frente a su gran rival ideológica Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional (RN). Con este salto mortal, Macron buscaba coger desprevenidos al resto de formaciones y revertir así el fatal resultado de su formación del pasado mes.
Esta estrategia, muy a su pesar, no ha causado el efecto esperado. Las formaciones de izquierdas consiguieron aliarse bajo una nueva coalición bautizada como el Nuevo Frente Popular (NFP), liderada por La Francia Insumisa, del radical Jean-Luc Mélenchon. Un logro para el arco de la izquierda francesa, tras el fracaso de NUPES, la Nueva Unión Popular Ecológica y Social, una coalición creada en 2022 para hacer frente común contra el macronismo, en las elecciones presidenciales de 2022. Las evidentes diferencias internas entre la amalgama de grupos que conformaron la coalición provocaron su disolución tan solo dos años después.
Elecciones legislativas en Francia
En las presidenciales de 2022, NUPES llegó a disputarle la segunda posición al partido de Le Pen, RN. Pero, dos años después, Agrupación Nacional aparece en todos los sondeos como la gran favorita, llegando a rozar, incluso, la mayoría absoluta, seguida de la coalición de izquierdas NFP. La lista del presidente francés, Ensemble, quedaría relegada a convertirse en la tercera fuerza, a pesar de las continuas llamadas de Macron a evitar los «extremos» y mostrarse como el centrismo personalizado. En la formación donde el adelanto de las elecciones sí ha provocado todo un terremoto ha sido en Los Republicanos (LR), el partido de derecha tradicional francés, que ha estado al borde del colapso.
Durante una entrevista en el canal TF1, el presidente de LR, Éric Ciotti, confesó su intención de formar «una alianza» con el partido de Le Pen, para formar un «bloque nacional». Este anuncio cayó como una bomba en el seno del partido conservador, que denunció que esta decisión no había sido consensuada. Ciotti protagonizó entonces una serie de episodios dignos de culebrón de mediodía. El líder de Los Republicanos fue expulsado por la directiva de su partido, pero este se negó a acatar la orden y se encerró en la sede. Finalmente, la Justicia francesa dio la razón a Ciotti y suspendió la decisión del Comité Ejecutivo de su propio partido. Los Republicanos se dividen ahora entre los que apoyan a Le Pen y los que van por libre.
El primer ministro Gabriel Attal, que se ha convertido en la cara visible de la campaña electoral –evitando la figura de Macron–, ha basado su estrategia en desprestigiar las medidas anunciadas por sus principales rivales, sobre todo, en el campo económico. Para Attal, las propuestas tanto de RN como del NFP solo provocarían un aumento del déficit público. El candidato de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, defiende a toda costa una rebaja del IVA sobre los productos de consumo básicos y energéticos. Mientras que el representante del NFP, Manuel Bompard, durante el primer y único cara a cara previo a los comicios entre los tres grandes bloques, anunció una subida inmediata del salario mínimo hasta los 1.600 euros.
Inmigración y seguridad han sido también los dos grandes caballos de batalla de los tres bloques, con un Bardella que ha prometido poner «orden» en Francia y un «big bang de autoridad», frente a una izquierda que se resiste a endurecer las políticas migratorias y un bloque macronista que ha dejado en evidencia sus fracasos en esta materia durante las dos últimas legislaturas. Con todo, las encuestan son claras, Agrupación Nacional se corona como la primera fuerza en Francia, sin discusión, llegando a rozar incluso la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Un sondeo de Elabe para la cadena BFM TV y el periódico La Tribune Dimanche, publicado el pasado domingo, otorgaba al RN el 36% de los votos en esta primera vuelta, frente a un 27% de apoyo, que acumularía la coalición de izquierdas. Más alejada quedaría la lista de Macron, con un 20%. Aunque la proyección de escaños en primera vuelta es algo osada, esta encuesta otorga a la formación de Le Pen entre 250 y 280 diputados, cerca de la mayoría absoluta situada en 289 escaños. A grandes rasgos, el resto de los sondeos dan como clara ganadora de esta noche electoral a Le Pen, y por ende a su delfín Bardella, y condenan a Macron a una compleja «cohabitación» con un Gobierno de diferente signo político.
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