El Ejército ruso ha lanzado durante la pasada noche más de 50 ataques aéreos sobre la sitiada ciudad de Mariúpol, en el sur de Ucrania, y entre los explosivos había «una gran cantidad de bombas de fósforo», denunció este jueves el regimiento de Azov, integrado en el ejército ucraniano y que resiste en la ciudad.
Unos quinientos miembros de esta agrupación militar se encuentran cercados, junto a un millar de civiles, en las instalaciones de la siderúrgica Azovstal, el único área de Mariúpol que no ha sido aún tomada por los rusos.
El Comandante Adjunto del Regimiento, el capitán Sviatoslav Palamar, pidió en Telegram a las autoridades que tomen medidas decisivas para levantar el bloqueo de la ciudad o evacuar a los residentes y defensores.
«Anoche hubo una enorme cantidad de bombas de fósforo: 50 ataques aéreos, misiles, artillería y todo lo que un bárbaro puede usar contra la Humanidad», dijo el militar en declaraciones que reproduce el diario local Pravda.
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El ejército ucraniano ha estimado que durante los 64 días de la guerra, Rusia ha perdido equipos por valor de 162 millones de dólares en Mariúpol, y que los ocupantes han gastado 288 millones de dólares en municiones y aviones, según el militar.
“Hago un llamamiento a la dirigencia político-militar a tomar acciones contundentes para levantar el bloqueo o evacuar a todos aquellos que esperan y creen en la Patria. Hoy diré que no solo Mariúpol es Ucrania, sino que Ucrania es Mariúpol”, concluyó Palamar.
Mariúpol, que inicialmente contaba con una población de casi medio millón de habitantes, ha sido prácticamente arrasada por los ataques rusos, cuyas tropas aseguran que ya han logrado el control de toda la ciudad, a excepción de la planta siderúrgica de Azovstal.
Las autoridades ucranianas aseguran que aún permanecen entre las ruinas de la ciudad unos 120.000 habitantes sin agua, electricidad ni productos básicos y denuncian que Moscú ha bloqueado los intentos de llevar ayuda humanitaria a la zona.
El alcalde de Mariupol, Vadym Boichenko, ha señalado que hasta 20.000 civiles han muerto en la ciudad desde el comienzo de la invasión rusa
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