El gobierno de Rusia consideró este miércoles que la posible entrega de misiles de largo alcance a Ucrania por parte de Estados Unidos «no cambiará» nada y aseguró que continuará su ofensiva a toda costa.
El suministro de misiles con un alcance de 150 km conduciría «a un aumento de las tensiones, a una escalada (del conflicto)», dijo a la prensa el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
«Significaría esfuerzos adicionales para nosotros, pero no cambiará el curso de los acontecimientos, la operación militar especial continuará», agregó.
Desde hace meses, Ucrania pide cientos de tanques pesados modernos, misiles de un alcance de más de 100 km y aviones para poder llevar a cabo contraofensivas capaces de reconquistar los territorios ucranianos ocupados por Rusia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que hablaría con su homólogo de Ucrania, Volodimir Zelenski, sobre sus necesidades de armas.
Ucrania dice que necesita misiles de alta precisión de más de 100 kilómetros de alcance para destruir las líneas de suministro y los depósitos de municiones de Rusia, la única manera de que Kyiv supere su déficit de tropas y armamento.
Hasta ahora, sus aliados occidentales han rechazado entregarle esos sistemas por temor a provocar una nueva escalada de la ofensiva rusa.
En cambio, tras vacilar por varias semanas, los europeos y los estadounidenses dieron luz verde a las entregas de tanques pesados modernos, aunque su número sigue estando por debajo de lo que reclama Kyiv.
Rusia insiste, por su parte, que esos suministros para Ucrania demuestran «una implicación directa» de Occidente en el conflicto.