Un tribunal italiano suspendió este lunes el examen de la orden de detención europea y la solicitud de extradición a España del expresidente catalán Carles Puigdemont, a la espera de una decisión de la justicia europea sobre su inmunidad, informó uno de sus abogados.
Puigdemont, objeto de una orden europea de detención emitida por España para su extradición por un intento de secesión de Cataluña en 2017, compareció el lunes ante los jueces de la corte de apelaciones de Sassari, en Cerdeña.
«Es el momento de decirlo a España y lo diré en italiano, ‘basta’, basta de seguir un camino que no da ningún resultado», aseguró Puigdemont durante una conferencia de prensa celebrada en Alguer, la ciudad de Cerdeña con fuerte lazos con la cultura catalana.
Al líder independentista lo detuvieron el 23 de septiembre al llegar a Alguer, al noroeste de la isla italiana, para participar en un evento sobre la cultura catalana. Lo pusieron en libertad al día siguiente.
Este lunes, los tres jueces del tribunal de Sassari decidieron que se debe esperar la decisión de la justicia europea antes de tomar una medida sobre el asunto.
El tribunal «suspendió el procedimiento a la espera de que se decidan dos cuestiones preliminares ante el tribunal de la Unión Europea: la de su inmunidad y la de la última posición del juez español» sobre la extradición, explicó el abogado italiano Agostinangelo Marras tras la vista.
«El caso no está cerrado, está suspendido»
«En estos cuatro años, con estos tres mandatos de arresto he comparecido ante tres jurisdicciones diferentes, la belga, la alemana y la italiana. España no ha obtenido ninguno de sus objetivos políticos, digo políticos porque es evidente que España usa el poder judicial para conseguir objetivos políticos», afirmó.
En la mañana, al ingresar en el tribunal, a Puigdemont lo recibieron decenas de militantes independentistas catalanes, sardos e incluso de Córcega que gritaban «¡Libertad, libertad!», constató una periodista de la AFP.
También tuvo el apoyo de Toni Comín y Clara Ponsatí, dos eurodiputados sobre los cuales pesan las mismas órdenes europeas de detención emitidas por España. Y también estaba Jordi Sánchez, dirigente de una asociación independentista en el momento del intento de secesión en 2017 y liberado en junio tras haber purgado cuatro años de prisión.
La estrategia de Puigdemont, eurodiputado desde 2019, es la de demostrar que es un perseguido político y que «el camino no es el uso del código penal» sino la «solución del conflicto catalán», recalcó ante la prensa.
Carles Puigdemont entre la inmunidad y la extradición
La orden de detención europea emitida por España en 2019, quedó suspendida de hecho a la espera de una decisión del Parlamento europeo sobre el recurso en torno a la inmunidad del expresidente catalán.
El político gozó durante un tiempo de inmunidad, pero las instancias europeas la levantó este año. Una decisión confirmada después por el Tribunal General de la Unión Europea.
El equipo legal del líder independentista presentó el viernes ante la justicia europea un pedido para recuperar su inmunidad parlamentaria.
Es la tercera vez que a Puigdemont lo detienen desde que huyó de España, la primera en Bruselas y la segunda en Alemania, en marzo de 2018, donde los tribunales tardaron casi cuatro meses en devolverle la libertad total.
El caso en Cerdeña ocurre en un contexto nuevo, en plena distensión entre Madrid y Barcelona, que se tradujo en la concesión en junio del indulto a nueve líderes secesionistas en prisión.
El jueves, el juez instructor de la causa en España, Pablo Llarena, remitió un documento a la justicia italiana donde insistió en que las órdenes de arresto continúan vigentes y que al líder catalán deberían arrestarlo y extraditarlo.
El representante de la línea más dura del secesionismo, que crítica la negociación emprendida con el gobierno socialista de Pedro Sánchez, es reclamado en España por sedición y malversación de fondos relacionados con el proceso fallido de independencia.
Invitó a España «a hacer autocrítica» porque «así no conseguirían ninguno de sus objetivos más que alargar la resolución del conflicto» catalán, concluyó.