Un 33% de los hombres alemanes de entre 18 y 35 años considera «aceptable» dar «ocasionalmente» un bofetón a su pareja femenina. Esto, según una encuesta publicada hoy por el grupo de medios «Funke».
Un porcentaje parecido, un 34%, del total de hombres encuestados admite haber propinado una bofetada o recurrido a la fuerza física contra una mujer en una disputa o para «hacerse ganar» su respeto.
La encuesta de Funke, realizada por la organización Plan International Deutschland, muestra asimismo no solo una alta aceptación de la violencia contra la mujer, sino también que pervive el reparto tradicional de roles hombre-mujer en muchos de los encuestados.
Tambiénun alto porcentaje de los participantes en la encuesta, un 48%, admite sentirse «molestos» ante gestos o expresiones de abierta homosexualidad en la vida pública.
Más de la mitad de los encuestados reconoce, por otro lado, que se siente «débil» o «vulnerable» si muestra abiertamente sus sentimientos. Esto, pese a que alrededor de dos tercios -un 63%- dice notarse triste, solo o aislado.
En la encuesta encargada por esa publicación participaron un total de 1.000 hombres de entre 18 y 35 años, que respondieron por vía digital al cuestionario.
La policía alemana investiga a la exestrella de Pink Floyd
La policía alemana realiza una pesquisa contra el exbajista de Pink Floyd, Roger Waters, después de que usara lo que parecía ser un uniforme nazi. Esto, durante un concierto en el Mercedes-Benz Arena de Berlin.
En el espectáculo, realizado el 17 de mayo, se vio a Waters con un abrigo largo negro que tenía un brazalete rojo. El artista también apuntó con una ametralladora de imitación a la audiencia.
En Alemania está prohibido exhibir símbolos, banderas y uniformes nazis. Sin embargo, sus leyes permiten excepciones por razones artísticas o educativas.
«Estamos investigando por sospecha de incitación al odio público, porque la ropa usada en el escenario podría usarse para glorificar o justificar el gobierno nazi, perturbando así la paz pública», dijo el portavoz policial Martin Halweg.
«La ropa se parece a la de un oficial de las SS», agregó.