El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, uno de los hombres fuertes del gobierno de Ecuador durante el mandato presidencial de Rafael Correa (2007-2017), vuelve a estar detenido, como lo ha estado la mayor parte de los más de seis años que han pasado desde que dejó el cargo, involucrado en condenas e imputaciones de corrupción que él denuncia como una persecución política y ‘lawfare’.
Su última detención, acontecida en la noche de este viernes, llevó a que México rompa las relaciones diplomáticas con Ecuador, después de que el gobierno del presidente Daniel Noboa irrumpió en la embajada mexicana en Quito para capturar a Glas, pocas horas después de que la Administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le concedió el asilo político que había solicitado.
Esto ocurrió en un momento de máxima tensión, luego de que el gobierno ecuatoriano expulsó a la embajadora mexicana, Raquel Serur, por unas declaraciones de López Obrador donde relacionaba el asesinato del candidato Fernando Villavicencio con el triunfo electoral de Noboa, que se impuso en segunda vuelta a la candidata correísta Luisa González.
Actualmente Glas está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos) en el caso ‘Reconstrucción’ de la provincia costera de Manabí, la más afectada por el fuerte terremoto ocurrido en 2016, por lo que un juez había ordenado su detención e ingreso en prisión preventiva después de que se alojó en la Embajada de México.
Una antigua amistad con Correa
Glas, de 54 años, es ingeniero electrónico y forjó una amistad con Correa desde la juventud como parte de un grupo de ‘boy scouts’ en la ciudad portuaria de Guayaquil, de donde son originarios los dos.
Así, fue parte del gobierno de Correa desde el inicio, como presidente del Fondo de Solidaridad (2007-2009), y luego como ministro de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (2009-2010) y ministro coordinadores de Sectores Estratégicos (2010-2012).
Entonces formó junto a Correa el binomio electoral de candidatos a presidente y vicepresidente de la formación política oficialista Alianza País para las elecciones de 2013, y tras el triunfo electoral completó los cuatro años en el cargo (2013-2017) para luego repetir victoria con Lenín Moreno en 2017.
Sin embargo, pronto Moreno retiró de todas sus funciones a Glas cuando comenzaron a acumularse las denuncias e indicios de corrupción de en su contra, y en septiembre de 2017 el vicepresidente ingresaba en prisión preventiva y fue desposeído del cargo.
Tres condenas, dos siguen vigentes
Los procesos judiciales siguieron su curso en los años siguientes mientras él seguía en prisión y acumuló hasta tres condenas, si bien una de ellas luego fue anulada.
Primero fue condenado a finales de 2017 a seis años de cárcel por asociación ilícita en el caso Odebrecht, y después en 2020 a ocho años de prisión por cohecho en el caso ‘Sobornos’, la trama de financiación irregular Alianza País en la que también fue condenado e inhabilitado Correa, que al igual que Glas denuncia ser víctima de ‘lawfare’ y en su caso cuenta con la condición de refugiado por parte de Bélgica.
En 2021 también fue condenado a otros ocho años de cárcel por peculado por el caso ‘Singue’, sobre las condiciones de adjudicación de los contratos de este bloque petrolero.
Durante su tiempo en prisión siempre trató de encontrar la forma de salir en libertad al aducir una delicada condición de salud y de peligro contra su vida, a medida que la crisis carcelaria en Ecuador se agudizaba, con frecuentes matanzas entre criminales bandas rivales que controlan internamente las prisiones.
Excarcelado cautelarmente
Así, logró salir temporalmente de la cárcel durante 40 días en abril de 2022, gracias a una polémica resolución judicial que fue anulada posteriormente.
Para finales de ese mismo año otra resolución judicial ordenó nuevamente su excarcelación como medida cautelar hasta que la Justicia resolviese si se le concedía el beneficio de la prelibertad, luego de haber logrado aglutinar las dos penas por los casos ‘Sobornos’ y Odebrecht y haber cumplido la mayor parte de los ocho años de privación de libertad.
Sin embargo, la Justicia le denegó ese beneficio, por lo que debería volver a prisión para cumplir esa pena.
Otro fallo judicial le restituyó sus derechos políticos para poder ser candidato en las elecciones extraordinarias de 2023, y en ese contexto Glas fue escogido en primera instancia como el candidato presidencial del correísmo para esos comicios pero declinó la candidatura ante la posibilidad de que la resolución que le permitía postular fuese anulada.
Exasesora lo denunció por presunta intimidación
A finales de 2023 se vio envuelto en una denuncia por presunta intimidación por parte de Soledad Padilla, una exasesora que le había dado asistencia durante su tiempo en la cárcel y que, según la denunciante, sufrió acoso por parte de Glas al no ver supuestamente correspondido su interés en formalizar una relación y enterarse que mantenía una relación sentimental con un asambleísta del grupo parlamentario del correísmo.
En cambio, Glas contradenunció tanto a Padilla por presunta extorsión al afirmar que supuestamente le había exigido recibir 350.000 dólares a cambio de no difundir las grabaciones de algunas de sus conversaciones que finalmente salieron a la luz.
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