Bajo una creciente presión, el posible candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, negó enfáticamente una denuncia de abuso sexual de Tara Reade , una mujer que trabajó para él en el Senado a principios de los ’90.
La acusación dejó en una difícil posición a Biden y al Partido Demócrata, que tejió un fuerte vínculo con el movimiento #MeToo, y apuesta a un fuerte respaldo de las mujeres para triunfar en la elección presidencial de noviembre próximo.
«Si bien los detalles de estas acusaciones de acoso sexual y agresión sexual son complicados, dos cosas no lo son. Una es que las mujeres merecen ser tratadas con dignidad y respeto, y cuando dan un paso adelante deben ser escuchadas, no silenciadas. El segundo es que sus historias deben estar sujetas a una investigación y escrutinio apropiados «, agregó Biden.
«No. No es cierto. Estoy diciendo inequívocamente que nunca sucedió», insistió Biden luego en una entrevista con el canal MSNBC.
La denuncia contra Biden
Reade comenzó a trabajar para Biden a finales de 1992, cuando tenía 28 años de edad. En 1993, ella le acercó una bolsa de gimnasio al senador en uno de los edificios del Congreso, cuando, según su relato, él la arrinconó contra una pared, y la penetró con dos dedos.
«Me puso contra la pared y tomó la bolsa. Metió la mano debajo de mi falda… Recuerdo dos dedos… Fue una pesadilla «, afirmó Reade en una entrevista en marzo, cuando Biden ya se encaminaba a ganar la interna demócrata.
Reade dijo que Biden le preguntó si quería ir a otro lugar. Cuando ella se alejó, el senador le dijo, según su denuncia: «Dale, pensé que te gustaba». Ella le dijo que no quería nada, y Biden la tomó de los hombros y le dijo: «Estás bien».
A principios de abril de 2019, antes de que Biden lanzara su candidatura, Reade fue una de las mujeres que se quejó del estilo de Biden, conocido por tomar de los hombros y las manos a conocidos y extraños.
Una de las mujeres se quejó de que el demócrata olió y besó su pelo. El tema acompañó el lanzamiento de la candidatura de Biden, quien primero se disculpó, y luego bromeó sobre su estilo.
«Honestamente, oler el pelo es una de las cosas más siniestras que puedes hacer. Está en la lista de cosas siniestras, justo después de coleccionar partes de muñecas y estornudar con los ojos abiertos», dijo el comediante Trevor Noah.
Las «inconsistencias» en su historia
Cuando Biden quedó a un paso de la candidatura, Reade cambió su denuncia, que pasó de ser uno de varios reclamos por un contacto que ahora es visto por muchos como impropio en la era del movimiento #MeToo, a una denuncia de asalto sexual. Biden pidió a los medios que evaluaran las «inconsistencias» en su historia.
Ante cada consulta, la campaña de Biden había negado de manera rotunda la denuncia de Reade.
«No es cierto», fue la respuesta. Durante varias semanas, mientras el tema crecía pero quedaba eclipsado por la pandemia del nuevo coronavirus, el candidato optó por el silencio y nunca dijo nada sobre el tema. Hasta hoy.
Varios medios investigaron la denuncia. Los periódicos The Washington Post y The New York Times pasaron varias semanas investigando la acusación de Reade, sin llegar a corroborarla.
Reade dijo que denunció el incidente a Marianne Baker, asistente ejecutiva de Biden, y a dos de sus principales asesores, Dennis Toner y Ted Kaufman. Ninguno recordó la denuncia, según el Times.
Business Insider halló dos mujeres que corroboraron el relato de Reade. «Esto pasó, y lo sé porque me acuerdo hablar sobre eso», dijo una de ellas, Lynda LaCasse.
Biden enfatizó en su comunicado que no había registro de la denuncia.
Hipocresía
El Partido Republicano, y la campaña del presidente, Donald Trump, y sus aliados en la prensa derechista le dieron oxígeno a la denuncia de Reade durante los últimos días.
Brad Parscale, jefe de campaña de Trump, tuiteó insistentemente en los últimos días, incluido un video de Hillary Clinton, en el que afirma:
«Tengo un mensaje para todas las víctimas de abuso sexual: no dejes que nadie te silencie, tienes derecho a ser escuchada, y tienes derecho a que te crean».
Biden ha sido respaldado por todas las figuras mujeres del Partido Demócrata, incluidas Hillary Clinton, Elizabeth Warren, Kamala Harris y la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien ayer respondió por primera vez una pregunta sobre la denuncia en una conferencia de prensa en el Capitolio.
Pelosi feliz de apoyar a Biden
«Tengo un respeto total por todo el movimiento #MeToo. también hay un debido proceso», dijo Pelosi, quien remarcó que nunca hubo una denuncia formal por parte de Reade.
«Estoy tan orgullosa, el día más feliz para mí esta semana fue apoyar a Joe Biden para presidente de los Estados Unidos «.
Pero ante la creciente atención que recibió la denuncia, el silencio de Joe Biden se volvió insostenible. El Partido Demócrata, que acogió de brazos abierto al movimiento #MeToo y cuenta con un mayor respaldo de las mujeres, quedó incómodo, tapado por acusaciones de hipocresía.
Los demócratas también fueron acusados de aplicar una «doble vara» por la manera en la cual abordaron las denuncias contra el presidente, Donald Trump -quien ha sido acusado por más de una docena de mujeres, y fue grabado en un video diciendo, al hablar de las mujeres, que podía «agarrarlas por la c.»- y contra el ahora juez de la Corte Suprema, Brett Kavanaugh.
El magistrado casi se queda a mitad de camino en su audiencia de confirmación cuando Christine Blasey Ford lo denunció por intento de violación.
«Los demócratas a quienes acusaron al juez Kavanaugh: ‘¡Te creemos! Los hechos no importan’. Los demócratas a la acusadora de Joe Biden: ‘¡Eres una mentirosa!’ Y nada puede cambiar eso. La hipocresía es increíble», tuiteó Ronna McDaniel, presidenta del Partido Republicano.
La actriz Alyssa Milano, una de las líderes del #MeToo, escribió una columna para Deadline en la cual reflejó el dilema para las mujeres que le dieron vida y aire al histórico movimiento, y respaldan a Biden en su cruzada por sacar a Trump de la Casa Blanca.
«El mundo es gris. Y tan incómodo como eso hace que las personas, el gris es donde ocurre el cambio real», escribió Milano. «Creerle a las mujeres nunca se trató de ‘Creer a todas las mujeres sin importar lo que digan’, se trataba de cambiar la cultura de NO creerles a las mujeres por defecto. Se trataba de poner fin a la peligrosa campaña del patriarcado para la autoconservación a toda costa, que las víctimas se embromen», afirmó.