El gobierno de Japón decidió prolongar este viernes el estado de emergencia en Tokio y en varias regiones del país al menos hasta el 31 de mayo, debido a un aumento de los casos de coronavirus cuando faltan menos de tres meses para los Juegos Olímpicos.
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Estas medidas, menos estrictas que los confinamientos aplicados en otros lugares del mundo, estaban en vigor desde finales de abril e iban a expirar el 11 de mayo.
Además de Tokio también se extienden en Osaka, Kioto y Hyogo y comienzan a aplicarse en los departamentos de Aichi y Fukuoka, dijo el primer ministro Yoshihide Suga.
«El número de nuevos casos está en un nivel alto en las grandes ciudades y los hospitales están bajo presión en Osaka y Hyogo», dijo Suga.
«Basándonos en esta situación, hemos decidido añadir Aichi y Fukuoka a las áreas en estado de emergencia y extenderlo hasta el 31 de mayo», agregó.
El estado de emergencia se traduce en el cierre temporal de bares y restaurantes o en una prohibición de que vendan alcohol bajo pena de multa, y en instar a algunos comercios, como los grandes almacenes, a bajar las persianas.
Los acontecimientos deportivos se celebran por ahora a puerta cerrada.
Japón se enfrenta a una nueva ola de contagios, con unos 5.300 nuevos casos diarios en promedio semanal. Aunque la magnitud de la pandemia sigue siendo limitada en comparación con otras regiones del mundo, la crisis sanitaria está colapsando el sistema hospitalario y la campaña de vacunación avanza muy lentamente.
«No estamos en una situación en la que podamos levantar el estado de emergencia. Creo que debemos extenderlo», estimó la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
El nuevo brote de infecciones representa una amenaza para los Juegos Olímpicos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto), aplazados un año en 2020 debido a la pandemia.
Por miedo de que los Juegos Olímpicos agraven la situación sanitaria en el país, la mayoría de los japoneses se oponen a que se celebren este verano y piden que vuelvan a aplazarse o se cancelen, según todas las encuestas realizadas desde hace meses.
Se ha descartado la asistencia a los Juegos de los espectadores procedentes del extranjero y los organizadores aún no han decidido qué pasará con el público local.
La situación sanitaria también está complicando la realización de las pruebas previas a los Juegos, así como el relevo de la antorcha olímpica, que comenzó en marzo. Algunos corredores renuncian a participar y muchas etapas se hacen a puerta cerrada.
Más de 200.000 personas ya firmaron una petición en internet llamada «Anulen los Juegos Olímpicos para proteger nuestras vidas» y lanzada esta semana.
Un hospital de la capital, colapsado por el alto número de enfermos, también colocó en sus ventanas una gran pancarta en la que se leía «Juegos Olímpicos imposibles».