El cuestionamiento a la salud mental de Alan García fue realizada una semana antes de la primera vuelta electoral de 1985, en la última entrevista de campaña que el líder aprista brindó en un programa llamado «Pulso», que se emitía los lunes por la noche.
En una columna publicada en el portal Infobae, Jaime Baylynarra que uno de los líderes históricos del partido aprista, Andrés Townsend, lo había llamado a su casa para transmitirle un mensaje urgente: «Alan está loco. Sufre de trastornos mentales. Tenemos que impedir que llegue al poder. Sería una catástrofe para el Perú».
El polémico ‘Francotirador’ asegura que Townsend le contó que «Alan García había sido internado varias veces en la clínica San Felipe de Lima, donde lo habían sometido a la cura del sueño, durmiéndolo con sedantes para que saliera de profundas crisis depresivas, o para que se calmase de virulentos estallidos maníacos, o para salvarlo de hacerse daño».
El día de la entrevista en el programa ‘Pulso’, cuyo formato consistía en un moderador y un panel con cuatro periodistas que hacían las preguntas —entre los que se encontraba Bayly—, el entonces joven periodista lanzó la interrogante:
«Cuando el moderador me concedió el turno de mi primera pregunta, hice acopio de valor y pregunté:
-¿Alguna vez ha estado internado en una clínica de salud mental? ¿Le han hecho la cura del sueño?
–Su pregunta es un golpe bajo que no voy a responder -dijo Alan García», evoca Bayly.
Días después, el líder aprista ganó las elecciones y Jaime Bayly optó por renunciar al canal luego de que, según afirma, le impusieran que solo podría hablar política internacional para evitar futuros exabruptos de insolencia.
En 2001, ‘El Francotirador’ volvió a plantear la misma pregunta, pero García negó que tuviese problemas mentales.
«La plata llega sola»
Jaime Bayly vio por última vez a Alan García en 2010, cuando lo invitó a cenar en su casa en San Isidro, en un contexto en el que el periodista aún evaluaba postular a las elecciones presidenciales del 2011.
Según narra, en aquel encuentro el líder aprista motivó a Baylya lanzarse a la política y le aseguró «si inscribía mi candidatura y despuntaba en las encuestas, la plata llegaría sola».
El periodista señala que comprobó la certeza de esa frase cuando, poco después, «el representante de Odebrecht se ofreció, en una cena en el club Nacional, a financiarme la campaña presidencial. Para comenzar, podía darme un millón de dólares».