La escritora británica J. K. Rowling compartió con sus seguidores en Twitter una publicación de la Universidad Johns Hopkins acompañada por un sucinto mensaje: “Hombre: no se necesita definición. No hombre (anteriormente conocido como mujer): un ser definible solo por referencia al varón. Una ausencia, un vacío donde no hay masculinidad”.
Este miércoles, la universidad eliminó la publicación a la que hizo referencia.
Desde hace tiempo, Rowling es protagonista de varias polémicas por sus posturas acerca de las personas trans e insiste en que en la cultura actual (y en simultáneo con los avances del feminismo) se da un proceso de borramiento de las mujeres quienes, para no herir la susceptibilidad de personas trans y no binarias, en comunicaciones institucionales pasan a ser definidas como personas menstruantes, personas con útero, personas gestantes y ahora también como no hombres.
Glosario Lgbtq
Las críticas surtieron efecto: la universidad retiró el glosario de su página web. “Johns Hopkins se esfuerza por crear una cultura de campus que sea inclusiva y acogedora para todas las identidades de género, orientaciones sexuales, experiencias y puntos de vista, y estamos comprometidos a garantizar que Johns Hopkins sea un lugar donde las personas Lgbtq se sientan apoyadas, reza el comunicado.
«El glosario Lgbtq sirve como una introducción a la gama de identidades y términos que se usan dentro de las comunidades Lgbtq, y no pretende servir como respuestas definitivas sobre cómo todas las personas entienden o usan estos términos. Al tomar nota de esto, hemos comenzado a trabajar para determinar el origen y el contexto de las definiciones del glosario. Hemos eliminado la página de nuestro sitio web mientras reunimos más información», agrega.
Los textos cuestionados, del área Diversidad e inclusión, recursos de Género y sexualidad, eran las definiciones de los términos lesbian y gay man. El primero se definía como un no hombre que se siente atraído por no hombres. Mientras en el pasado se definía a las lesbianas como mujeres que se sentían atraídas romántica, emocional y sexualmente por otras mujeres, esta definición actualizada incluye a las personas no binarias que también podrían identificarse con esta etiqueta.
Gay
Gay man, en cambio, era definido como un hombre que se siente atraído [etcétera] por otros hombres o que se identifica como miembro de la comunidad gay. Y agregaba: “A veces, es usada para referirse a aquellas personas que, independientemente del género, tienen su principal atracción sexual o romántica por personas del mismo sexo. J. K. Rowling vs. la Universidad Johns Hopkins: sigue la polémica por el glosario Lgbtq es un adjetivo, no un sustantivo, ‘él es un hombre gay’”.
“Oh, así como la palabra lesbiana dejó de ser motivo de agresión y las lesbianas nos sentimos orgullosas de ella, la definición cambió. Ahora no soy lesbiana, soy un ‘no hombre atraído por los no hombres’. Odio esto. Las lesbianas no damos el consentimiento a esto. Si importa, somos homosexuales femeninos atraídos por el mismo SEXO”, respondió la escritora lesbiana y periodista EJ Rosetta, que sostuvo en varias ocasiones que Rowling no es transfóbica. “¡Hola no-hombre atraído por no-hombres! ¡Soy un no-hombre atraído por los hombres, y creo que deberíamos unirnos para luchar contra las discriminaciones de los no-hombres! Tal vez podríamos llamarlo… ¡no-hombreísmo!”, ironizó un usuario de las redes sociales.
Glosario universitario
Otros usuarios describieron el glosario universitario pleno de misoginia ontológica y misoginia al más alto nivel: ahora solo existen los hombres. Para algunos seguidores de la creadora de Harry Potter, personas no binarias es solo una manera rebuscada de referirse a la bisexualidad. Otros insinuaron que el movimiento transgénero es misógino; a su vez, muchas personas trans acusan a un sector del feminismo de transfóbico.
Doremus Schafer disintió con Rowling. “La captura de pantalla usa literalmente el término ‘mujer’. Quiero decir, puedes estar en desacuerdo u oponerte con vehemencia a expandir la definición de lesbianismo para incluir a personas no binarias, pero la captura de pantalla indiscutiblemente usa el término ‘mujeres’ como un grupo distinto” (no obstante, la definición explicita que “mujer” se usaba en el pasado). Birgitta Nilsson propuso una definición cómica y salomónica: “‘Hombre’ no debe ser considerado como la norma. Una definición negativa se refiere a algo que falta. Es grosero. ¿Por qué no usar la siguiente definición en su lugar? Una lesbiana es un ser humano que no tiene ningún interés emocional, romántico o sexual en los hombres y que tampoco se identifica como tal”.
Desde América Latina, la escritora colombiana Carolina Sanín se sumó al debate. “Esto es realmente impresionante. Ni Aristóteles, pues. Gracias a la doctrina de género, una mujer ahora es un ‘no hombre’. El sexo sí existe. Y el ´género’ es el arma más sofisticada que el patriarcado ha inventado. Nos llamamos mujeres y tenemos vagina”. A finales de 2022, la autora reveló que, en México, el sello Almadía había desistido de publicar dos libros suyos por sus opiniones acerca de la cuestión trans.
Otras impresiones
No fue la única. El escritor argentino residente en Estados Unidos Diego Fonseca tuiteó: “¿Es mi percepción o abunda más el enojo con JK Rowling que la indignación con el patinazo de la Johns Hopkins?”. “Es tu percepción. Es decir, tu Twitter. De este lado la reacción a lo de la Johns Hopkins ha sido fuerte; tanto, que recularon. El embate contra JK Rowling es el de una ruidosa minoría militante. La misma responsable de eso que yo no llamaría patinazo”, le respondió el escritor mexicano Aurelio Asiain.
Cambio de genero
En la Argentina, la ley de identidad de género establece que los mayores de 18 años pueden solicitar cambiar de género y modificar su documento de identidad, sin restricciones, y que los menores deben hacerlo a través de sus representantes legales con expresa conformidad del menor y con la asistencia del abogado del niño (lo mismo vale para los tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas). En la ciudad de Buenos Aires, por impulso de agrupaciones Lgbtiq+, el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas decidió que las personas de 16 a 18 años de edad pueden acceder al cambio de su DNI por la ley de identidad de género, sin la tutela de los progenitores.