Italia prosigue este viernes su lucha a contrarreloj contra los incendios que afectan a amplias zonas del centro y sur del país, especialmente a las regiones de Calabria y la isla de Sicilia, el último en Tivoli, a las puertas de Roma.
Las labores se dan en el momento álgido de la ola de calor subsahariano que afecta al sur de la península, apodada como «Lucifer», y que ha empezado a desplazarse hacia el norte.
Los bomberos se afanan en apagar un «vasto» incendio que está afectando a la reserva natural de Monte Catillo en Tivoli, en las proximidades de la capital, y esta noche evacuaron a veinticinco vecinos y a una treintena de residentes de un centro religioso.
En la zona trabajan siete equipos del cuerpo de bomberos apoyados desde el aire por un Canadair.
Por otro lado, en Calabria, la punta de la «bota» italiana, el fuego ha quemado ya 4.000 hectáreas del macizo del Aspromonte, en el límite peninsular, donde varias zonas patrimonio de la Unesco están amenazadas por el fuego.
La Madonia, la cadena montañosa que recorre el noroeste de Sicilia, es la parte más afectada de la isla, y cientos de vecinos han sido evacuados de sus casas para evitar más daños personales tras la muerte de cinco personas.
Aunque Calabria y Sicilia se llevan la peor parte, las llamas han llegado a otras zonas del país, como la isla de Cerdeña, con 44 incendios activos, o en Otranto, en la Apulia, el «tacón» italiano, donde se ha logrado controlar el fuego tras una noche de esfuerzos.
Los servicios de emergencias están volcados en la extinción de los fuegos y han movilizado desde el norte 37 equipos en Sicilia y 20 en Calabria, con apoyo europeo, indicó hoy el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, en una entrevista al «Corriere della Sera».
El propio Curcio ha prometido ir «personalmente a todas las zonas que haga falta» para verificar la situación y guiar las operaciones, y hoy acudirá a Regio de Calabria.
En lo económico, el Gobierno italiano, el primer ministro Mario Draghi ha prometido un programa de ayudas para las personas y las empresas más damnificadas, además de un plan extraordinario de reforestación y de puesta en seguridad de todo el territorio.
En cuanto a la ola de calor, que ha elevado los mercurios por encima de los 40 grados, tras el fin de semana se prevé un descenso del calor y «salir de la fase de emergencia grave» de los incendios, señaló Curcio en la citada entrevista.
Pese a que las condiciones climatológicas extremas alimentan los fuegos, muchos de ellos son incendios dolosos.
Hoy se registrarán máximas de 37 grados en Roma y de 40 en Florencia (Toscana), mientras que mañana Ferrara y Bolonia (Emilia-Romaña) llegarán a los 40 grados, y Milán (Lombardía), acostumbrada a temperaturas más bajas, a los 35.