Israel y el movimiento palestino Hamás rebajaron este lunes, tras otra ronda de negociaciones indirectas en Egipto, las expectativas de alcanzar rápidamente una tregua en la Franja de Gaza que permita detener los combates y liberar a los rehenes.
Un medio de comunicación progubernamental egipcio había informado anteriormente de «progresos significativos» en estas discusiones, después de seis meses de guerra entre Israel y el movimiento islamista que devastaron el territorio palestino.
A pesar de las presiones internacionales Israel mantiene sus planes de ofensiva terrestre sobre la ciudad de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, donde se concentran la mayoría de los desplazados, es decir cerca de un millón y medio de personas según la ONU.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu reafirmó su determinación de erradicar a Hamás «de toda la Franja de Gaza, incluida Rafah», que presenta como el último gran bastión del movimiento islamista en el poder desde 2007 en el territorio.
Esta nueva ronda de negociaciones entre Hamás e Israel a través de Egipto, Estados Unidos y Catar tuvo lugar en El Cairo.
Las conversaciones, encaminadas a lograr una tregua y a la liberación de los rehenes retenidos en Gaza desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, conocen «progresos significativos», afirmó el lunes el medio de comunicación egipcio progubernamental Al Qahera News, citando una fuente egipcia de alto rango.
Pero funcionarios de ambas partes atenúan ese optimismo. «Todavía no vemos un acuerdo en el horizonte», dijo un responsable israelí, citado por el medio Ynet, destacando que «la distancia sigue siendo importante» entre las posiciones de una y otra parte.
Según un responsable de Hamás contactado el lunes por AFP, «no se puede hablar de progresos concretos hasta ahora» y las divergencias se refieren sobre todo al regreso de los desplazados a la ciudad de Gaza, en el norte del territorio, reclamado por el movimiento islamista.
Hambruna inminente
Según Al Qahera las delegaciones de Catar y Hamás partieron de El Cairo y volverán «dentro de dos días para finalizar los términos del acuerdo».
Las delegaciones estadounidense e israelí también debían abandonar la capital egipcia, según la misma fuente.
El sábado Hamás -considerado una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea-, aseguró que no renunciaría a sus exigencias: «un alto el fuego completo», una retirada israelí de Gaza, un retorno de los desplazados y un acuerdo «serio» de intercambio de rehenes y prisioneros palestinos detenidos por Israel.
Netanyahu afirmó el domingo que no habría cesación del fuego sin la liberación de todos los rehenes.
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando los comandos de Hamás infiltrados desde la Franja de Gaza llevaron a cabo un ataque sin precedentes en el sur de Israel, causando la muerte de 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un balance elaborado por AFP a partir de las cifras oficiales israelíes.
Más de 250 personas fueron secuestradas y 129 siguen detenidas en Gaza, 34 de las cuales murieron según funcionarios israelíes.
En represalia Israel juró destruir Hamás y lanzó una ofensiva que costó la vida a 33.207 personas en Gaza, la mayoría civiles, según el ministerio de Salud de Hamás.
La guerra también provocó una catástrofe humanitaria en el territorio de 2,4 millones de habitantes, sitiado por Israel, donde la ONU teme una hambruna generalizada.
Controlada estrictamente por Israel, la ayuda humanitaria que llega a través de Egipto llega con cuentagotas. «La hambruna es inminente», dijo en X la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
La guerra también tiene repercusiones en la frontera entre el Líbano e Israel. El ejército israelí afirmó el domingo haber completado una «nueva fase» en su preparación para la «guerra» en esa frontera donde se intensifican los intercambios de disparos mortales con el Hezbolá libanés, aliado de Hamas.
La ONU pidió el lunes que se ponga fin a esta violencia para evitar «un mayor deterioro de una situación ya alarmante».
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