Israel lanzó este viernes ataques aéreos contra la Franja de Gaza en respuesta al disparo de cohetes desde el enclave palestino, en medio de las tensiones por una mortal incursión israelí en Cisjordania ocupada.
El ejército israelí indicó que realizó al menos dos rondas de bombardeos aéreos contra islamistas de Hamás, tras varios disparos de cohetes hacia el sur de Israel.
Las explosiones alcanzaron la ciudad de Gaza, constataron periodistas de AFP.
Ninguna de las partes reportó heridos, y la mayoría de los cohetes disparados desde Gaza fueron interceptados por el sistema israelí de defensa aérea.
Los disparos de cohetes no fueron reivindicados, aunque tanto Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, como la Yihad Islámica prometieron represalias por la incursión del jueves en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, que dejó nueve muertos.
Otro palestino murió por disparos israelíes en un incidente separado cerca de Ramala, en Cisjordania.
Entre los fallecidos hubo «una mujer anciana» y una veintena de personas resultaron heridas, cuatro de gravedad, durante esta operación militar en el campo de refugiados de Yenín, informó el ministerio palestino de Salud.
La Yihad Islámica declaró este viernes en un comunicado que los proyectiles disparados llevan un mensaje: el enemigo (Israel) debe estar alerta, porque la sangre palestina derramada cuesta caro.
La Autoridad Palestina calificó la incursión en Cisjordania como una «masacre» y anunció que deja de cooperar en materia de seguridad con Israel.
Según la ONU, no ha habido tantos muertos en una sola operación israelí en Cisjordania desde que comenzó a hacer registros en 2005.
El Departamento de Estado norteamericano anunció el jueves que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, viajará la semana que viene a Israel y Cisjordania para «reducir las tensiones» entre ambos bandos.
Emiratos Árabes Unidos, que normalizó relaciones con Israel en 2020, condenó «el asalto de las fuerzas israelíes» y pidió una reunión «urgente» del Consejo de Seguridad de la ONU.
«Operación antiterrorista»
Desde principios de este año, hasta 30 palestinos, civiles o miembros de grupos armados, perdieron la vida en incidentes violentos con las fuerzas o civiles israelíes.
Un portavoz militar israelí indicó que el ejército había llevado a cabo «una operación antiterrorista» contra la organización armada Yihad Islámica, implicada en varios ataques antisraelíes.
Antes de retirarse, las fuerzas israelíes «lanzaron de manera deliberada granadas de gas lacrimógeno» en el servicio de pediatría de un hospital de Yenín, lo que «provocó la asfixia de algunos niños», denunció la ministra palestina de Salud, Mai Al Kaila.
«Nadie lanzó gas lacrimógeno deliberadamente en un hospital (…), pero la operación se llevó a cabo no lejos de un hospital y es posible que entrara gas lacrimógeno por una ventana abierta», explicó a AFP un portavoz del ejército israelí.
Una de las víctimas del jueves se llamaba Majeda Obeid, una mujer de 61 años, y su hija explicó a la AFP cómo perdió la vida durante la operación militar israelí.
«Estado de guerra»
«Cuando acabó de rezar, miró un momento por la ventana y entonces recibió un impacto de bala en el cuello. Su cuerpo cayó hacia la pared y luego sobre el suelo», dijo Kefiyat Obeid, de 26 años.
El campamento de Yenín, creado en 1953, es como una ciudad dentro de la ciudad y alberga a cerca de 20.000 refugiados, según la UNRWA, la agencia de la ONU a cargo de los refugiados palestinos.
El ejército israelí, que ocupa Cisjordania desde 1967, efectúa operaciones casi a diario en ese territorio palestino, en particular en el norte en los sectores de Yenín y Naplusa, bastiones de grupos palestinos armados.
«El ejército israelí destruye todo y dispara a todo lo que se mueve», declaró el vicegobernador de Yenín, Kamal Abu Al Rub.
«Lo que pasa en Yenín y en su campo es una masacre perpetrada por el gobierno de ocupación israelí», afirmó Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
El secretario general de la Liga Árabe denunció una «masacre sangrienta» perpetrada «bajo las órdenes directas del (primer ministro israelí Benjamin) Netanyahu», que retomó en diciembre las riendas del Estado hebreo.