Isabel dos Santos, hija del ex presidente de Angola José Eduardo dos Santos y considerada la mujer más rica de África, construyó su fortuna gracias al nepotismo y la corrupción; según detalla una investigación periodística dada a conocer este domingo.
El dossier, publicado por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación en colaboración con 36 medios de comunicación, está basado en más de 715.000 documentos confidenciales y centenares de entrevistas.
Su principal conclusión: que décadas de corrupción y negocios sin escrúpulos hicieron a Dos Santos la mujer más rica de África. Mientras convertían a Angola, un país con abundantes recursos como petróleo y diamantes, en uno de los Estados más pobres del mundo.
A finales de diciembre, un tribunal angoleño ordenó congelar cautelarmente los bienes de la multimillonaria por acusaciones de corrupción. Estas están relacionadas con su antiguo rol en los negocios públicos.
La investigación del ICIJ detalla que las compañías de dos Santos se beneficiaron a lo largo de los años de contratos públicos facilitados por su padre, ventajas fiscales, licencias de telecomunicaciones y derechos para la extracción de diamantes.
Además, los documentos filtrados muestran que una gran red internacional de consultores, abogados y banqueros ayudó a dos Santos a amasar esa fortuna. Estimada en más de 2.000 millones de dólares.
La hija del ex presidente angoleño y su marido están al frente de un gran imperio empresarial de más de 400 empresas y filiales, muchas en paraísos fiscales. Disponen de exclusivas propiedades alrededor del mundo. Entre ellas, una mansión de 55 millones de dólares en Monte Carlo, un yate de 35 millones y una residencia de lujo en una isla artificial de Dubai.
En una entrevista con la BBC, dos Santos negó cualquier delito. Aseguró que las investigaciones a su alrededor son una «persecución política» por parte del actual gobierno.
Isabel dos Santos y los negocios turbios
El ICIJ, una organización periodística con sede en Washington, obtuvo una mayoría de los documentos a través una plataforma. Esto para proteger a filtradores en África, que operan desde París.
La información indica que durante la última década, las empresas de dos Santos obtuvieron del gobierno angoleño trabajos de consultoría, préstamos, contratos públicos y licencias valoradas en miles de millones de dólares.
Mientras, la hija del ex presidente de Angola y su marido, Sindika Dokolo, utilizaron su red de compañías como tapadera para evitar ser descubiertos e invertir en propiedades y negocios.
Una de sus inversiones más importantes actualmente es una participación en la portuguesa Galp valorada en unos 800 millones de dólares. Isabel dos Santos y Dokolo la obtuvieron gracias a un préstamo muy ventajoso del Estado angoleño, según la investigación.
La participación en Galp fue vendida en 2006 a la pareja por la petrolera estatal de Angola Sonangol. Diez años después Isabel dirigió durante un breve periodo de tiempo.
En esa época, supuestamente también aprovechó para desviar fondos de la empresa pública a sus propios negocios.
Su padre, José Eduardo dos Santos, dejó el poder en 2017, tras casi cuarenta años controlando el país. Durante buena parte de ese tiempo vivió una cruenta guerra civil.