En Valencia, España, la movilización de voluntarios ha sido tan grande que las autoridades pidieron que para el sábado quienes quieran ayudar se dirijan al icónico Museo de las Artes y Ciencias de la ciudad, a las 7:00 am para evitar aglomeraciones. «Estáis siendo un gran ejemplo, una gran explosión de solidaridad. Os seguimos necesitando», afirmó el presidente de la Generalitat Valenciana, el gobierno regional, Carlos Mazón.
Miles de voluntarios en la Comunidad de Valencia y de su capital homónima afectada por la DANA esta semana se han volcado en los últimos días para ayudar en las zonas más afectadas del desastre más mortífero en Europa de los últimos 54 años. El referente más reciente es de 1970, cuando en Rumania mortales inundaciones acabaron con la vida de 209 personas.
Muchos de los voluntarios se han dirigido a Paiporta, municipio de 29.000 habitantes aproximadamente a 30 minutos de la capital, Valencia. En plena área metropolitana, es uno de los pueblos más afectados por la DANA, con al menos 62 muertos.
Es la tragedia más fuerte en la historia moderna de España.
«Ayer tuvimos que sacar a un chaval de 25 años que había fallecido porque no pudo salir y se le cayó toda la casa encima», lamenta José Luis, un bombero voluntario venezolano que llegó al municipio para ayudar. “No hay más terror que este”, afirmó.
Es posible que el número de muertos siga aumentando porque aún hay muchas personas desaparecidas y aunque el agua ha drenado en casi todas las zonas afectadas, en algunas los servicios de emergencia aún no han podido llegar, con muchas carreteras bloqueadas.
Las impactantes imágenes de cientos de vehículos amontonados en las calles y avenidas rodeados de escombros y barro han dado la vuelta al mundo. «Estamos intentando retirar los vehículos poco a poco para ver si hay víctimas», dijo un miembro del equipo de rescate a la televisión estatal. «No lo sabemos». Muchos temen que los vecinos aún estén en sus vehículos y en sus casas atrapados.
Sin suministros en los supermercados
La inundación y el colapso de automóviles, sillas, muebles y escombros arrastrados por el agua a gran velocidad también provocó que los supermercados que no resultaron afectados quedaran vacíos rápidamente ante el temor de la población a quedar desabastecida.
«La gente va como loca en las calles, desesperada, buscando de todo», dice Yesenia Zelaya, hondureña residente en Valencia, el jueves. Zelaya, quien vive con su pareja e hijos en Paiporta, comenta que tener comida se ha convertido en un periplo.
«Aquí estamos, intentando ver qué conseguimos para la comida y para sobrevivir» porque en los supermercados «no queda nada de nada», lamenta.
Los voluntarios también se han convertido en un salvavidas. Muchos de ellos han llevado comida a Paiporta, donde ha tenido una gran demanda. «No llega nada, ni comida ni nada. Lo único que llegan son los camiones de rescate que a lo mejor traen algo de comida, pero hay que caminar entre 15 y 20 kilómetros para comprar algo de pan«, dice Rafael López, de 59 años de edad, de un barrio cercano.
Pero si bien la ayuda colectiva ha aflorado entre los ciudadanos tras la tragedia, también lo han hecho los hurtos. Los residentes del municipio se turnaban este viernes para vigilar comercios, luego de 50 arrestos por saqueos en el municipio.
Y los vecinos también comienzan a pensar que la reconstrucción llevará tiempo. «Por mucha ayuda que consigamos, no es suficiente», afirmó. «Esto no se solucionará en un mes o dos», dijo Amber González, vecina de 72 años de edad.
Ira y desconcierto entre los valencianos
Muchos de los vecinos nunca habían oído hablar de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), fenómeno meteorológico que causa lluvias torrenciales en poco tiempo, que rápidamente causa inundaciones en ríos y calles. Y el martes en la tarde eso fue lo que sucedió en Valencia: en ocho horas de aguacero cayó un año de lluvias.
La DANA en la Comunidad Valenciana y en España no es un fenómeno excepcional, ha habido otras, como una que afectó en 1973 las provincias de Almería y Granada, en Andalucía, y la comunidad autónoma de Murcia, al sur de Valencia, que dejó también un gran número de víctimas mortales. Sin embargo, en pleno siglo XXI y en una sociedad de las comunicaciones, la falta de previsión ha aflorado la ira entre la ciudadanía.
Lo que desconcierta a muchos es lo tarde que llegó la alerta. «Han sido muchas las pérdidas que se pudieron evitar», dice Isabel Santiago, vecina de 49 años de edad.
La advertencia de la DANA la hicieron las autoridades sobre las 8:00 pm, luego de horas de que empezaran las lluvias y cuando algunos municipios y zonas de la capital ya nadaban entre dos metros de agua.
Al gobierno regional, comandado por el Partido Popular, PP, de derecha, y el ultraderechista Vox, se le achaca haber acabado con la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), institución que había creado en febrero de 2023 el gobierno del socialista Ximo Puig, luego de prometerlo cuando en 2019 otra DANA dejó en un municipio valenciano 6 muertos y 4.000 evacuados.
La UVE preveía la coordinación con otras entidades del Estado para dar respuestas rápidas ante catástrofes y actuar tanto en Valencia como dar apoyo en otras comunidades autónomas. El nuevo gobierno de derecha y extrema derecha estimó que la UVE generaba muchos gastos a la comunidad y decidió cancelar esta agencia que se encontraba en etapa inicial como institución.
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