La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) emitió una alerta roja contra un comerciante portugués que en 2014 examinó el almacén del puerto de Beirut. En el lugar se guardaba el cargamento de nitrato de amonio que explotó el pasado mes de agosto, causando más de 200 muertos y 6.500 heridos en la capital libanesa.
El procurador a cargo de la investigación de la deflagración, Ghassan al Joury, recibió este martes una copia de la notificación de Interpol contra este comerciante de nitrato en Beirut. Así lo informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), sin ofrecer más detalles sobre el sujeto ni su paradero.
Al Joury, quien hace un mes tomó el relevo al frente del caso después de que el fiscal general libanés, Ghassan Oueidat, lo abandonara alegando vínculos con uno de los ministros imputados, también obtuvo confirmación de otra alerta roja contra el dueño del barco Rhosus.
El carguero Rhosus, con bandera moldava, llegó a las costas libanesas en 2013. Llegó con una gran cantidad de nitrato de amonio a bordo, producida en Georgia. El cargamento se descargó en Beirut a pesar de que su destino final era Mozambique.
El juez del caso ya imputó a principios de diciembre al primer ministro libanés en funciones, Hasan Diab, y a tres exministros por presunta negligencia. También los acusaron de causar un gran número de víctimas en relación con la explosión del 4 de agosto de 2020.
Poco después de ese suceso, el presidente del Líbano, Michel Aoun, reconoció que sabía de la existencia de una gran cantidad de nitrato de amonio. La sustancia estaba almacenada en el puerto desde dos semanas antes de que se produjera la tragedia. Aparentemente la explosión estuvo provocada por un incendio en un almacén de este recinto.
La explosión de unas 3.000 toneladas de ese fertilizante causó una onda expansiva que asoló varios barrios de la capital libanesa. El suceso dejó a unas 300.000 personas temporalmente sin hogar, más de 200 muertos y por encima de 6.500 heridos.