El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se comprometió este domingo en su discurso de toma de posesión a «retomar la integración» en Latinoamérica para tener «un diálogo activo y altivo» con las otras regiones del mundo.
«Retomaremos la integración a partir del Mercosur, con la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas» que existen en Latinoamérica, declaró ante el Parlamento después de haber jurado como nuevo presidente de Brasil.
Lula en cooperación con el foro de Brics
También garantizó que su gobierno fortalecerá la cooperación con el foro Brics, que Brasil integra junto con Rusia, India, China y Suráfrica. También tenderá puentes con África y el mundo en desarrollo, sin descuidar sus relaciones con Estados Unidos o la Unión Europea (UE).
Lula dijo que Brasil «romperá el aislamiento al que fue sometido en los últimos años», durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. «Volverá al mundo» con las banderas de la democracia y el combate al hambre y la pobreza.
Brasil «vuelve a ser un país soberano», que asumirá todas sus responsabilidades sobre la Amazonía. Pondrá a toda su diplomacia al servicio de la defensa de la democracia, «amenazada alrededor del planeta por un extremismo autoritario», afirmó.
También expresó su «convicción de que la política en sus más elevados sentidos es el mejor camino para la construcción de consensos» y la superación de conflictos.
«Negar o criminalizar la política es el camino de la tiranía», sostuvo.
Democracia y compromisos
En su primer discurso como presidente, Lula celebró la «victoria de la democracia» que le permitió ganar las elecciones de octubre, a pesar de las «amenazas» de la ultraderecha que aún no acepta su triunfo.
«Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña», declaró Lula ante el Parlamento, en su primer discurso después de haber jurado como nuevo presidente de Brasil.
«Fue la democracia la gran victoriosa», que «superó» las «más violentas amenazas a la libertad del voto», apuntó en alusión a la campaña contra el sistema de votación desatada por el ahora expresidente Jair Bolsonaro, a quien derrotó en las elecciones de octubre.
Además, prometió «rescatar» del hambre a 33 millones de personas y de la pobreza a 100 millones de personas, casi la mitad de la población del país.
«Nuestras primeras acciones apuntan a rescatar del hambre a 33 millones de personas y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileñas y brasileños, que soportaron la más dura carga del proyecto de destrucción nacional que hoy se cierra», dijo Lula en su discurso en el Parlamento.
Acabar con la deforestación
Lula hizo este domingo un fuerte alegato en defensa del medioambiente y prometió acabar con la deforestación ilegal en la Amazonía y proteger a los pueblos indígenas.
«No podemos admitir que (la Amazonía) sea una tierra sin ley, no vamos a tolerar la degradación del medioambiente que tanto mal ha hecho a nuestro país», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores, en un pronunciamiento ante el Congreso, en Brasilia.
Lula, de 77 años, manifestó que Brasil «puede estar en la primera línea global» y que, para ello, iniciará «una transición energética adecuada» que tenga por objetivo «eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero».
«Brasil no necesita deforestar para aumentar su frontera agrícola», insistió.
Igualmente, el mandatario se comprometió a que no quedarán impunes los responsables por el «genocidio» que causó la pandemia de la covid-19 en Brasil, donde murieron casi 695.000 personas.
Afirmó que «en ningún otro país, la cantidad de víctimas mortales fue tan alta proporcionalmente a la población».
«Las responsabilidades por este genocidio han de ser investigadas y no deben quedar impunes», dijo Lula, que criticó directamente a la «actitud criminal de un Gobierno negacionista» liderado por el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Ceremonia de envestidura
La ceremonia de investidura se celebra bajo estrictas medidas de seguridad, debido a amenazas de activistas del bolsonarismo más radical que exigían un golpe militar para mantener al líder de la ultraderecha en el poder.
En el Parlamento, están presentes delegaciones de medio centenar de países y todo el cuerpo diplomático acreditado en el país.
Entre los asistentes, figuran el rey de España, Felipe IV, y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro; Chile, Gabriel Boric; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y Alemania, Frank-Walter Steinmeier.
Las ceremonias oficiales concluirán con una recepción que será ofrecida por Lula a las delegaciones extranjeras en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, vecina a las sedes del Parlamento y del gobierno.