Miles de migrantes bloquearon este miércoles una carretera aledaña a una aduana en el estado mexicano de Chiapas en reclamo a las autoridades de la entrega de permisos para transitar hacia Estados Unidos sin temor a ser deportados.
«Le pido al presidente de México que aunque sea el permiso [de tránsito] de 45 días nos regalen», dijo a la AFP Jaqueline Murillo, una hondureña que lleva seis meses en el país esperando infructuosamente recibir el salvoconducto.
El reclamo de Murillo es el mismo de los otros extranjeros que protestan este miércoles y que partieron hace ocho días desde Tapachula, Chiapas, en una nueva caravana, cuyo objetivo es cruzar hacia Estados Unidos, conseguir trabajo y enviar ayuda a sus familias.
En el «plantón pacífico», realizado junto a la aduana de Cerro Gordo, es notoria la presencia de muchos niños y mujeres. Los extranjeros arman improvisados toldos para protegerse del sol con plásticos o los paños de gastadas tiendas de campaña.
Mientras uno vocea sus consignas, varios hombres sostienen sobre sus rostros hojas de papel con la cara impresa del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y un mensaje: «La vida de los migrantes también importa».
«¡Queremos permiso, queremos permiso!», gritan los manifestantes.
Dorian Meléndez, otro hondureño, lamenta que mujeres, niños y hasta personas con discapacidades tengan que dormir en las calles, mientras esperan que las autoridades migratorias les concedan el documento.
«No le pedimos nada más al gobierno mexicano (…) Lastimosamente se encuentran al paso de donde nosotros necesitamos llegar», dijo Meléndez.
El activista Irineo Mujica, organizador de la protesta, afirmó que el bloqueo de la vía es «la última instancia» de un reclamo planteado desde que partió la caravana, pero fue ignorado por el Instituto Nacional de Migración.
«No le estamos pidiendo nada que no le den a un turista cuando llega, simplemente un documento para estar más seguros», agregó Mujica.
México y Estados Unidos han endurecido recientemente las medidas para contener la migración irregular.
Washington acordó con el gobierno de Venezuela un plan para deportar a ciudadanos de ese país que hayan ingresado ilegalmente después del 31 de julio.
México, en tanto, se comprometió a recibir a los indocumentados expulsados y entregarlos a las autoridades de sus países de origen.
En meses pasados hubo otras caravanas en Chiapas, pero se disolvieron a medida que las autoridades entregaron los permisos a los migrantes en puntos intermedios.
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