
El alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, expresó preocupación ante la posibilidad de que el gobierno de Panamá traslade hasta la ciudad fronteriza con Venezuela a migrantes venezolanos que lleguen en un «flujo inverso» desde el norte hacia el sur del continente ante la imposibilidad de entrar a Estados Unidos.
Acevedo envió, reseñó La Nación, un mensaje al presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el que le exigió disponer de los recursos para atender la llegada de cientos de migrantes, de concretarse la propuesta del mandatario panameño, José Raúl Mulino.
«Ya la ciudad de Cúcuta desbordó sus capacidades. Por eso es nuestro mensaje al gobierno nacional. Si ustedes permiten que esta operación se dé, por favor, disponer de los recursos necesarios para atender esta crisis migratoria que podría complicar aún más la situación de la ciudad de Cúcuta», expresó.
El presidente Mulino aseguró el jueves que el envío de migrantes a Venezuela no es factible desde Panamá por su parte.
«Nosotros no tenemos contacto alguno con el gobierno de Venezuela. Sin embargo, habiéndose dado una repatriación desde los Estados Unidos (…) estamos ensayando posibilidades para que ahora con ese flujo inverso podamos volarlos de Panamá a Cúcuta, que es territorio colombiano, y establecer de ahí el tránsito, como corresponda y se pueda, hacia Venezuela», señaló Mulino en su conferencia de prensa semanal.
Esta semana las autoridades panameñas anunciaron que estaban analizando las posibles vías para trasladar a los migrantes venezolanos a su país o a través de un tercero, al no existir relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
Panamá y Venezuela mantienen sus relaciones diplomáticas suspendidas así como su espacio aéreo cerrado después de que el país centroamericano reconociera al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo y considera fraudulentas las elecciones en Venezuela.
Los venezolanos han sido el grupo mayoritario entre los migrantes que cruzan la selva del Darién, la frontera entre Panamá y Colombia, para llegar hasta Norteamérica en busca de mejores condiciones de vida.
A pesar de que la administración de Mulino implementó duras políticas migratorias para bajar hasta números mínimos el flujo por esa jungla, incluidos vuelos de repatriación financiados por Estados Unidos, los venezolanos no se veían afectados, al no existir relaciones bilaterales con Venezuela.
«Ahora tenemos el problema del flujo al revés»
Pero ante las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, que permiten las redadas y un aumento de las deportaciones, el flujo migratorio se produce ahora de norte a sur.
«Sin embargo, ahora tenemos el problema del flujo al revés, el flujo contrario, los que vienen regresando desde el norte», señaló el jueves Mulino.
Ante ello, Panamá y Costa Rica acordaron el martes una serie de medidas para afrontar ese nuevo flujo migratorio inverso, que incluyen llevar a esos migrantes a albergues instalados en las fronteras comunes y en el Darién, limítrofe con Colombia, para posteriormente repatriarlos «por vía aérea o marítima a sus países de origen», según el ministro de Seguridad panameño, Frank Ábrego.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional