Miles de indígenas y campesinos de todo el país siguen llegando este martes a Quito. Esto como parte de las protestas contra un acechado presidente Lenín Moreno, que tuvo que trasladar la sede del gobierno a Guayaquil.
En su largo trayecto hacia la capital, cubierto a pie y en vehículos, los aborígenes de numerosas provincias bloquean decenas de vías y han ocupado pozos petroleros en la Amazonía, lo que ha provocado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Ni el Estado de excepción decretado por el gobierno el jueves pasado ni la presencia de los militares en las calles han sido suficientes para sofocar el estallido social que desencadenó el alza de los combustibles.
Los manifestantes, que el lunes intentaron en Quito ocupar el Legislativo y atacaron el edificio de la Contraloría, son acusados por Moreno de avanzar un intento de golpe de Estado con la complicidad del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El parque El Arbolito y el vecino complejo de la Casa de la Cultura se convirtieron en un fortín de grupos de protesta. Este martes estaba vigilado por personas armadas con palos, verificó en la madrugada un periodista de la AFP.
Nada empañará su lucha
Los indígenas, que planean realizar su gran protesta este miércoles, tomaron distancia de los incidentes violentos.
“Los hechos vandálicos que se reportan en la Contraloría y la Asamblea no tienen nada que ver con nuestras bases, no deslegitimarán nuestra agenda de lucha”, expresó este martes por Twitter la influyente Confederación de Nacionalidades Indígenas, Conaie.
Manifestantes ocuparon también pozos petroleros en la Amazonía, lo que llevó a un descenso en la producción de 12%. Ello, de acuerdo con datos del Ministerio de Energía de Ecuador, país que extrae 531.000 barriles diarios.
En 18 de las 24 provincias ecuatorianas hubo bloqueos de vías durante la jornada, infirmó el Servicio Integrado de Seguridad ECU 911.
Las protestas, no vistas en el país desde hace 12 años, causaron hasta el domingo 1 civil muerto, 73 heridos, incluidos 59 uniformados, y 477 detenidos, la mayoría por vandalismo.
Correístas en la mira
La crisis en Ecuador recrudeció con la llegada de indígenas y campesinos a la capital. Prevén sumarse este miércoles a los sindicatos en una gran movilización que podría aumentar la presión sobre Moreno para que eche atrás el que tildan de “paquetazo económico”.
Moreno, que se rehúsa a revisar el desmonte de los subsidios, acusó directamente a los correístas de estar detrás de este intento de golpe de Estado.
“Están usando e instrumentalizando algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización, para saquear y destruir a su paso”, denunció.
Armados con palos y fuetes, indígenas del sur andino llegaron a pie y en camionetas a Quito para protestar por el aumento de hasta 123% de las tarifas de combustibles.
En su ingreso a la ciudad, los manifestantes atacaron una tanqueta del Ejército, que fue quemada, una acción que quedó registrada en imágenes retransmitidas por la televisión. Otros grupos de indígenas también se desplazan desde el norte de Ecuador.
«Estaremos llegando más de 20.000 indígenas», dijo Jaime Vargas, presidente de Conaie, que en el año 2000 protagonizó el derrocamiento del entonces mandatario Jamil Mahuad, cuestionado por su política económica.
Ante la situación, el Ministerio de Educación volvió a suspender las clases de este martes en todo el país. Las escuelas están vacías desde el jueves pasado.
El gobierno de Estados Unidos, aliado de Moreno, indicó que está siguiendo de cerca los acontecimientos.
“Rechazamos la violencia como una forma de protesta política”, dijo en Twitter el subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
Desafío indígena
El domingo, la Conaie también declaró un Estado de excepción en todos los territorios indígenas, en desafío a la medida de emergencia dispuesta por Moreno.
“Militares y policías que se acerquen a territorios indígenas serán retenidos y sometidos a la justicia indígena”, advirtió.
Algunas decenas de militares, que desde el jueves fueron movilizados para restablecer el orden, estaban retenidos en comunidades del interior, según dirigentes indígenas.
En medio de las tensiones, Moreno ofreció diálogo a los indígenas que, sin embargo, insistieron en que solo hablarán después de su movilización en Quito.
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