El incendio de la isla española de Tenerife, en Canarias, que afecta ya a casi 3.800 hectáreas, ha tenido su primera noche de comportamiento normal, pero preocupa la vertiente norte, donde este viernes se concentran los esfuerzos para impedir que el fuego llegue a las viviendas.
El presidente de la región de Canarias, Fernando Clavijo, afirmó este viernes que la pasada noche ha sido la primera en la que el fuego se ha comportado «con la normalidad de otros incendios» registrados en el archipiélago, pues hasta ahora lo había hecho de manera inusual y creando su propia meteorología.
Una situación que estos días de atrás obligó a evacuar o confinar a unas 7.500 personas e incluso se cortaron todos los accesos al Parque Nacional del Teide, con el desalojo de turistas e instalaciones del Instituto de Astrofísica de Canarias.
Pese al viento cambiante que ha dificultado las labores de extinción durante esta noche, las llamas han tenido un comportamiento más normal, ya que estos días de atrás eran muy virulentas, muy dinmico y creaban su propia meteorología.
Ello ha permitido a los equipos de extinción trabajar de manera más intensa y a lo largo de esta jornada se confía en «consolidar el espacio» en la parte que afecta a La Esperanza, en el municipio de El Rosario, de forma que se puedan desviar recursos hacia el norte de la isla.
Por este motivo, al mediodía se decidirá si es posible levantar el confinamiento acordado ayer en el núcleo urbano de El Rosario, la citada población de La Esperanza, aunque quizás manteniendo la restricción para el movimiento de vehículos con el objetivo de facilitar el tránsito de los equipos de emergencias.
El incendio tiene un perímetro de 41,9 kilómetros y abarca una superficie de nueve municipios de la isla, situada en el Atlántico y uno de los principales destinos turísticos de España.
Hoy se incorporan a los trabajos de extinción 36 miembros de las brigadas de refuerzo en incendios forestales (BRIF) de la península y 13 bomberos de Fuerteventura, y mañana llegará un helicóptero Kamov con capacidad para descargar 4.500 litros.
De esta manera se garantiza la continuidad en la dotación de los equipos, donde hoy trabajarán 265 efectivos por tierra, y su relevo para descansar.
Además, se desplegarán esta jornada 15 medios aéreos y por la tarde podría incorporarse un helicóptero que ayer sufrió una avería, según explicó la jefa de Protección Civil, Montserrat Román, que indicó que también un avión con cámara térmica del Ministerio de Defensa español hará un vuelo de reconocimiento en la zona sur del incendio.
El presidente canario detalló que en la vertiente norte el fuego ha tenido durante la noche un avance lento, no agresivo, que ha permitido desplegar los recursos para establecer líneas de defensa para las viviendas antes de que aparezca un incendio que, «con seguridad, acabará llegando».
El objetivo es reforzar esta zona si hoy se logra estabilizar La Esperanza, donde previsiblemente habrá llamaradas producidas por la combustión lenta, no por focos nuevos sino por el viento que arrojará oxígeno a la zona y por lo tanto la población no debe alarmarse, dijo Clavijo.
La zona que preocupa más a los medios de extinción es La Orotava y sus partes altas, Aguamansa y Pinolere, donde se ha establecido la estrategia defensiva de las infraestructuras aunque el avance de las llamas es muy lento.
El problema en esta zona es que son operaciones de ladera en corte casi vertical que suponen mucho riesgo para los operarios, por lo que hoy se optará por arrojar líquido retardante desde un avión.
Además, se ha abierto un poco más el frente de Santa Úrsula, donde hay barrancos de mucha profundidad y los medios aéreos no han tenido oportunidad de atacar las llamas.
Sí se tiene previsto extremar la vigilancia en una zona de viviendas en Arafo y Güímar, en la zona sur, próximas a un área de monteverde por si fuera necesario tomar alguna medida de precaución.