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La Iglesia rechaza diálogo tras asesinato de 11 manifestantes

por El Nacional El Nacional

La Iglesia Católica en Nicaragua rechazó reemprender el diálogo entre el gobierno y la oposición mientras el pueblo siga siendo reprimido y asesinado.

El anuncio fue hecho tras la jornada violenta del miércoles, en la que según un informe preliminar del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos murieron 11 personas y otras 79 resultaron heridas en las ciudades de Managua, León y Masaya. Los 11 fallecidos elevan a 98 el número de personas asesinadas en mes y medio.

El pánico se apoderó de la ciudadanía cuando la multitudinaria marcha opositora llegaba a la Universidad Centroamericana y tuvo que buscar refugio en comercios cercanos y la catedral debido a los disparos de las fuerzas de seguridad y grupos afines al gobierno de Daniel Ortega, que poco antes aseguró que no dejaría el cargo.

Centenares de campesinos que participaron en la manifestación retornaron a sus sitios de origen después de pasar la noche en la catedral. A los campesinos se les proporcionó alimento, agua y un sitio seguro donde dormir. Además, se les instaló un puesto médico improvisado para atender cualquier emergencia ante las amenazas de ataque que recibieron.

Estos incidentes entre opositores, policías y grupos afines al gobierno son unos de los más violentos que se viven en la capital desde el inicio de las protestas el 18 de abril.

“Los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque que responden al presidente Ortega y su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo”, indica el informe de Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.

Durante los incidentes también resultaron quemadas instalaciones de la emisora oficialista Radio Ya, una cooperativa de crédito rural, en tanto que resultó destruida la fachada del estadio nacional de beisbol.

Fueron atacados asimismo el canal opositor 100% Noticias y las plantas de transmisión de la radio Darío, en León, denunciaron sus propietarios.

La mayoría de las víctimas son estudiantes universitarios y civiles, y la causa más frecuente de muerte fue por disparos certeros en la cabeza, cuello y torso, por lo que la CIDH no descartó que el gobierno de Nicaragua haya realizado ejecuciones extrajudiciales. Las protestas contra el gobierno de Ortega comenzaron en abril por fallidas reformas a la seguridad social, y se acentuaron como consecuencia de los asesinatos durante las manifestaciones.

Desafiante. Mientras centenares de miles de personas marchaban por la carretera a Masaya, encabezadas por madres que han perdido a sus hijos, Ortega relativizó su demanda en un acto ante seguidores en la concurrida avenida Bolívar, en el centro histórico de Managua.

En tono desafiante, manifestó que, aunque el dolor de las madres es inmenso por la pérdida de sus hijos, eso no puede llevar a la destrucción ni a la guerra.

“Aquí nos quedamos todos”, espetó el gobernante al rechazar el llamado de empresarios, estudiantes y sociedad civil para que deje el poder.

El gobierno dijo a través de un comunicado de la presidencia que lo ocurrido obedece a agendas políticas específicas de grupos de oposición que buscan aterrorizar a la población, lo que calificó de una conspiración para destruir la seguridad y la vida en el país.

Reacciones. El secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, pidió a Ortega detener la represión.

“Condenamos los asesinatos cometidos ayer por las fuerzas represivas y los grupos armados y nos solidarizamos con los familiares de las víctimas. Llamamos al Estado a detener la violencia de estos factores represivos”, dijo Almagro en un video publicado en el sitio web de la OEA.

La relatora para Nicaragua de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Antonia Urrejola, reiteró que el Estado debe garantizar la vida e integridad de todos los manifestantes.

El Parlamento Europeo, en una resolución no legislativa, denunció la brutal represión y el deterioro de la democracia.

La parlamentaria estadounidense Ileana Ros-Lehtinen también condenó las agresiones.

El dato. Kevin Antonio Coffin Reyes, medalla de oro en sambo en los Juegos Centroamericanos de Managua 2017, fue uno de los 11 fallecidos en las protestas de Nicaragua. Coffin, que ganó oro para Nicaragua en los 90 kilogramos, murió en el Hospital Militar Escuela Dr. Alejandro Dávila Bolaños tras ser herido con arma de fuego, indicó el Ejército de Nicaragua en una declaración. Sayra Laguna, doble medallista de judo y sambo, lamentó la muerte de su amigo.