La Iglesia católica alemana seguirá su proceso interno de reformas pese a las críticas recibidas del Vaticano al llamado «camino sinodal».
Este, basado en un debate con los fieles, surgió tras el descontento y los deseos de cambio que generaron los escándalos de abusos sexuales.
Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal de Münich, rechazó las críticas del prefecto de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet.
Ouellet, en una carta, advirtió que el camino escogido por la Iglesia alemana era difícilmente compatible con el derecho canónico.
Había pedido a Marx que no se atribuyera competencias sobre temas que debían tratar las autoridades vaticanas.
Marx respondió que habría sido deseable que Ouellet «hubiera buscado el diálogo antes de enviar la carta».
Asamblea de la Conferencia Episcopal
Tras una reunión entre representantes de la Conferencia Episcopal y del Consejo Central de los Católicos Alemanes se publicaron cuatro documentos de trabajo: la moral sexual, las formas de vida sacerdotales, la división de poderes y el papel de las mujeres en la Iglesia.
Esos papeles deberán ser la base de las deliberaciones de la asamblea de la Conferencia Episcopal que se celebrará en Fulda entre el 23 y el 26 de septiembre.
Los documentos serán el punto de partida para los foros del llamado «camino sinodal».
Un foro que estará dedicado a debatir cómo se ejerce la autoridad en la Iglesia, teniendo en cuenta los principios de una sociedad plural y del estado democrático.
Según el documento previo, los fieles quieren ser respetados también dentro de la instituciones eclesiásticas.
Otro foro estará centrado en las tensiones entre la doctrina y la práctica, lo que estará relacionado con la moral sexual.
El tema del papel de las mujeres en la Iglesia es considerado de gran prioridad y un punto en el que se pondrá a prueba la autenticidad de la voluntad reformista.
El cuarto foro estará dedicado a las formas de vida sacerdotales en el que, sin embargo, no se abordará el tema del sacerdocio femenino.