Los ex presidentes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas condenaron este sábado los hechos de violencia registrados desde comienzos de octubre en Ecuador e instaron a la comunidad internacional a tomar las medidas correspondientes.
En un boletín, los ex mandatarios de 20 países resaltaron la urgencia de “adoptar sin demora las medidas legítimas que se correspondan con el derecho internacional y las previsiones de la Carta Democrática Interamericana”, a fin impedir “la grave alteración del orden constitucional y democrático en el Ecuador que se encuentra en curso”.
Aseguraron que estos sucesos violentos son “inducidos desde el exterior”, con el propósito de “atentar contra el clima de libertades y la institucionalidad democrática imperante en esa nación”.
Los ex presidentes de IDEA resaltaron, además, que la amenaza a “la paz interna y la normalidad de la vida económica y social ecuatoriana”, ha sido saludada y respaldada abiertamente “por la dictadura imperante en Venezuela y su aliada, las FARC”.
“Condenamos de la manera más enérgica los hechos de violencia en curso y a sus responsables, expresándole su firme respaldo al gobierno constitucional y democrático de Lenín Moreno”, se lee en el documento .
Protestas
Hace 11 días comenzó una ola de disturbios y protestas en Ecuador a raíz de la eliminación del subsidio a la gasolina implementado por el gobierno de Moreno.
El mandatario tomó la decisión con el objetivo de incrementar los ingresos del Estado y, con ello, satisfacer las demandas del Fondo Monetario Internacional.
El FMI, junto con otras instituciones internacionales, concedió recientemente al país una línea de crédito de más de 10.000 millones de dólares.
Moreno ha advertido que detrás de los disturbios se escudan intentos para desestabilizar su gobierno, orquestados por Rafael Correa y Nicolás Maduro.
Correa admitió en una entrevista que recientemente visitó Venezuela para brindarle asesoría al dirigente chavista.
Ante la persistencia de las protestas, el gobierno ecuatoriano aplicó un “toque de queda” en Quito, capital del país, con el objetivo de pacificar la violencia generalizada.
Además, aceptó un diálogo directo con dirigentes de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas, la principal convocante a las protestas contra el denominado “paquetazo económico”.