El gobierno de Hungría propuso reformas legales para evitar que la Marcha anual del Orgullo se celebre de la «misma forma pública» que en años anteriores, indicó un alto funcionario el jueves.
El gobierno nunca ha respaldado el evento, comentó Gergely Gulyas, jefe de gabinete del primer ministro Viktor Orban, a los periodistas.
Sin embargo, «el margen de maniobra no era lo suficientemente amplio» para imponer una prohibición hasta que el presidente de EE UU, Donald Trump, regresara a la Casa Blanca.
«Creemos que la Marcha del Orgullo por el centro de la ciudad, ahora que el embajador de Estados Unidos ya no puede liderarla, no debe ser tolerada por el país», agregó.
David Pressman, exembajador de Estados Unidos en Hungría y crítico constante del gobierno de Orban, participaba habitualmente en la Marcha del Orgullo junto con otros diplomáticos extranjeros. Pressman dejó su puesto el mes pasado, antes de que la administración Trump asumiera el cargo.
El sábado, recordó AFP, Orban sugirió la posibilidad de prohibir el evento durante su discurso anual sobre el estado de la nación.
La propuesta del gobierno de Hungría
El gobierno planea presentar una enmienda constitucional que priorice la necesidad de protección infantil, y sobre esa base el formato actual de la Marcha del Orgullo podría ser prohibido, explicó.
En los últimos años, Hungría ha restringido los derechos LGTBQ en nombre de la «protección infantil», aunque la marcha sigue atrayendo a miles de personas.
Los organizadores confirmaron que continúan con los preparativos para la 30ª edición del Orgullo de Budapest, que se celebrará el 28 de junio.
En un comunicado el sábado, condenaron la politización del asunto en un momento en que las personas enfrentan problemas fundamentales como el costo de la vida.
«La tarea del gobierno no debería ser restringir aún más las libertades básicas del pueblo húngaro, sino encontrar soluciones reales», concluyó el comunicado.