Desde hace tres años y medio, Edita Hrda es directora ejecutiva para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior. En ese cargo ha encabezado el diálogo político y la agenda de la Unión Europea con los países de la región. Hrda, quien fue presidente de varios organismos de Naciones Unidas y embajadora de la República Checa en 11 países del Caribe, llegó a Colombia como parte de la delegación del Viejo Continente que asiste a la quinta edición del Mecanismo de Diálogo Político de Alto Nivel con Colombia.
Uno de los principales asuntos abordados fue el avance de la relación bilateral, que ambas partes buscan impulsar los próximos años. De hecho, reconocieron la solidez de las instancias bilaterales que, aparte del diálogo político de alto nivel, incluyen los mecanismos de diálogo sobre derechos humanos, asuntos de seguridad y defensa, así como el Acuerdo Comercial Multipartes, que cumplirá seis años de implementación.
Construcción de paz y convivencia pacífica, estabilización de los territorios y la crisis venezolana fueron los ejes que centraron la parte política de la agenda.
Se acordó que Colombia será sede en 2020 de un seminario sobre cooperación en seguridad y defensa entre la UE, Suramérica y México; además, se abordaron temas como la colaboración de Colombia en la operación Atalanta, en 2015, de seguridad marítima en el cuerno de África. El Tiempo habló con ella sobre su visita a Colombia.
—¿Cuál es el propósito de su viaje a Colombia?
—Nos encontramos una vez al año para analizar las agendas que nos unen. Revisamos los diálogos bilaterales y planeamos lo que queremos para la agenda del siguiente año. Es un diálogo político y es el quinto que se realiza. El anterior ejercicio tuvo lugar en Bruselas.
—¿Cuál es la visión de la UE sobre la implementación del proceso de paz con las FARC?
—La Unión Europea expresó claramente el apoyo al proceso de paz colombiano, con la creación de un fondo fiduciario y todo lo que involucramos en el proceso, en su construcción y el nombramiento del enviado especial, Eamon Gilmore. Confiamos en la buena voluntad del gobierno y los miembros de las FARC, y apoyamos una solución pacífica y desinteresada.
—Algunos son partidarios de acabar con el sistema de justicia puesto en marcha con la firma del acuerdo, ¿qué opina la UE?
—No nos corresponde a nosotros decidir los procesos internos de Colombia. Es la voluntad de los colombianos, que llegaron a unos acuerdos y eso lo respetamos. Hay diferentes matices en los gobiernos, pero esto fue algo construido por la voluntad de los colombianos con el apoyo del Congreso.
—La UE ha acompañado procesos de paz que deben poner en marcha sistemas de justicia transicional, ¿estos son indispensables para implementar la paz?
—Sin duda alguna. Pero déjeme decirle que hay admiración internacional hacia Colombia por la forma como fueron capaces de llegar a un acuerdo y cumplir lo acordado. Muchos países pueden aprender de las lecciones que le dan al mundo con lo que ustedes lograron. Creo que por ahora va con éxito. Pero, claro, hay que superar problemas y defectos en el camino, pero solo los colombianos son quienes deciden sobre él.
—¿Creen que la paz con las FARC quedó completa?
—El proceso tiene varios matices y fases, pero siempre hay que tomarlo abiertamente, pues puede ser muy complejo. Tenemos éxito en unas cosas: interés de los ex miembros de las FARC de incorporarse a la vida legal, de desarrollar negocios; vemos a las Fuerzas Armadas cumpliendo su papel, que es admirable. Vemos todo muy positivo. Hay cosas que nos preocupan, como la seguridad, el tema de tierras y otros que vendrán después.
—¿Qué piensa la Unión de que negociadores de la paz en La Habana y que eran de la cúpula de las FARC, como es el caso de Iván Márquez y Jesús Santrich, estén huyendo de la justicia después de haberse incorporado a la sociedad?
—Estamos muy preocupados. Eso no es bueno para el proceso.
—¿Cómo ven en la UE que muchos ex combatientes de las FARC no se incorporaron a la vida civil y hoy constituyen disidencias y siguen delinquiendo?, ¿cómo hacer que regresen?
—Hay que decirles que el mejor camino es el de la paz. La vida viviendo escondido no es algo que deba buscarse. Hay una oportunidad para comenzar una nueva etapa, y ojalá vuelvan a la legalidad.
—¿Cómo podría aportar la UE para mejorar la vida de los ex combatientes y llamar a los que no se reincorporaron?
—Estamos apoyando a los reincorporados a la vida civil y apoyamos la labor del gobierno colombiano. Desde fuera compartimos y aportamos ideas de procesos en los que participamos, pero esto es un proceso colombiano. Claro, voy a ir a ver sobre el terreno para tener más elementos de juicio sobre los aspectos de la implementación en las zonas de reincorporación, voy a hablar con ex guerrilleros y con las comunidades.
—¿Cómo está Colombia en materia de derechos humanos?
—Tenemos un diálogo regular cada año sobre este tema con el país y le hemos expuesto nuestras preocupaciones al gobierno sobre lo que creemos es importante. Ese diálogo sirve para expresar inquietudes sobre la seguridad y los casos de los defensores de derechos humanos y líderes sociales (asesinados).
—¿Para la UE, cuál debe ser la solución definitiva a la crisis venezolana?
—La crisis de Venezuela es muy preocupante y trágica. La Unión Europea tiene una política coherente, común y consensuada. Hay 24 países miembros que han reconocido al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado. Hay otros que reconocen a los países, pues su legislación interna definida hacia otros no tiene en cuenta a un gobierno en sí, sino la existencia de un país. La Unión Europea ha aplicado algunas sanciones a dirigentes venezolanos, pero lo que queremos es que las cosas se solucionen mediante elecciones libres, transparentes, con la participación de todos. Los venezolanos deben decidir de manera democrática quién será su presidente.
—¿Cómo verifica la UE el correcto uso de los recursos para esos migrantes?
—Las contribuciones de la Unión Europea son de dos tipos. Una, de ayuda humanitaria dentro del país y otra, con fondos hacia diferentes países como Colombia, Ecuador y Perú. La Unión Europea limita con Venezuela en islas sobre el Caribe y allí, en ese país, viven muchos nacionales europeos y queremos crear condiciones para solucionar la crisis. Los fondos para la atención humanitaria los canalizamos a través de ONG como la Cruz Roja o Cáritas, y vemos permanentemente los proyectos que ellos tienen y que financiamos. La crisis es tan amplia y las sumas que se destinan no son suficientes, pues es una de las crisis migratorias más grandes que hemos visto en años. Trabajamos de la mejor forma con los gobiernos. Vemos la posible contribución de un seguro social, en especial hacia las mujeres y los niños que se puedan incorporar a la vida de los países donde están, y que, cuando se den las condiciones, puedan y quieran volver a su país. Que puedan tener identificación y no sean anónimos en los países que los acogen.
—¿Cuáles son las líneas de acción de países como Colombia para enfrentar el cambio climático?
—Estamos aumentando la cooperación en energías limpias, normas para buscar que se disminuya la generación de carbono. No hay nada específico, sino que es una política a largo plazo con nuestros proyectos y que queremos compartir con países como Colombia.
—Colombia fue observador en una misión de seguridad en el cuerno de África, ¿vienen más misiones?
—Es un punto importante la cooperación en seguridad y defensa en materia policial y militar con la Unión Europea, en la vigilancia de fronteras y en la participación de la operación Atalanta en el cuerno de África. En el futuro habrá operaciones con la Unión Europea en aspectos como combate al narcotráfico. Esto muy importante.
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