Los casos de personas contagiadas con coronavirus en Honduras roza los 400, aumentaron a 392 con otros 10 registrados por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, Sinager, mientras que la cifra de muertos se mantiene en 23, informó el organismo estatal el viernes en cadena nacional de radio y televisión.
El informe señaló que de 127 nuevas pruebas practicadas por el Laboratorio Nacional de Virología, 10 dieron positivo.
Además de los 23 decesos, el Sinager registró 7 casos de personas recuperadas de los 392 contagiados.
De los 18 departamentos de Honduras, el de Cortés, en el Caribe, y el de mayor crecimiento comercial, industrial, agrícola y portuario, es el que registra más casos de contagiados, 264 de los 392 a escala nacional.
La ciudad de San Pedro Sula, la segunda más importante del país, es la que más casos registra de la enfermedad, 159 de los 264 que suman en el departamento de Cortés.
Además, de los 392 pacientes diagnosticados con covid-19, 121 se encuentran hospitalizados, de ellos 82 están en condición estable, 21 en situación grave y 18 en unidad de cuidados intensivos. Los restantes se encuentran bajo seguimiento del personal de Salud Pública, de acuerdo con el informe del Sinager.
La nueva víctima mortal por coronavirus registrada es una mujer de 23 años de edad, de la ciudad de La Ceiba.
A raíz de la epidemia, el gobierno estableció toque de queda desde a mediados de marzo que se ha extendido hasta el 19 de abril con el fin de controlarla, lo que algunos médicos consideran que será muy difícil porque mucha gente sale libremente a las calles, alguna sin alguna protección de las recomendadas por la Secretaría de Salud.
También se registran grandes aglomeraciones en mercados populares de gente vendiendo frutas, hortalizas, huevos, granos básicos y otros productos, mientras que en varias regiones muchas personas salen a protestar para exigir alimentos, como ocurrió en Choloma, donde incendiaron un vehículo y amenazaron con saquear un supermercado, informaron medios locales.
Amenazas del mismo tipo hicieron el viernes habitantes de un sector pobre del oriente de Tegucigalpa.