El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, exigió este sábado que se castigue con todo el peso de la ley al autor del asesinato de cinco hondureños, a tiros, en San Jacinto (Texas), a unos 90 kilómetros de Houston, Estados Unidos.
«Exigimos se aplique todo el peso de la ley contra el o los responsables de este crimen», indicó Reina en Twitter.
En un segundo mensaje, el alto funcionario hondureño expresó sus «condolencias a los familiares de las víctimas de este terrible crimen en San Jacinto, Texas. En el que han muerto cinco personas supuestamente de nacionalidad hondureña». Y que «se ha instruido a nuestro consulado contactar con las autoridades y dar seguimiento cercano al caso».
Según informó este sábado la Oficina del Alguacil del condado de San Jacinto, las cinco personas de nacionalidad hondureña, incluido un niño de 8 años, murieron el viernes en un tiroteo en una vivienda.
El autor del tiroteo, de nacionalidad mexicana, se dio a la fuga y podría estar armado con un fusil de asalto AR-15. Esta es un arma usada en muchos de los tiroteos de los últimos años, dijo el alguacil de San Jacinto, Greg Capers, en una rueda de prensa horas después del suceso. El cual ha causado mucha consternación en Honduras.
Capers explicó que las víctimas recibieron disparos en el cuello y la cabeza, como si se tratara de una «ejecución».
Honduras exigió todo el peso de la ley por asesinato de cinco hondureños en Estados Unidos
El sospechoso quedó identificado como Francisco Oropeza, de 39 años, y se le imputaron cinco cargos de asesinato, indicó Capers al diario The Washington Post.
Según señaló Capers, el sospechoso era conocido en el vecindario porque le gustaba disparar en el jardín de su casa con un fusil AR-15.
El sospechoso irrumpió en la vivienda de sus vecinos después de que ellos le pidieran que dejara de disparar en el jardín con su fusil porque era muy tarde y un bebé estaba intentando dormir, explicó Capers.
Dentro de la vivienda había diez personas. De los cinco fallecidos, tres eran mujeres, uno era un varón y el último era un niño de 8 años, detalló.
En Estados Unidos viven más de un millón de hondureños, entre residentes e indocumentados, que todos los años envían remesas familiares, las que en 2022 superaron los 8.000 millones de dólares, según fuentes oficiales.