Un hombre armado con un cuchillo sembró el terror este jueves en un parque cerca del lago de Annecy, en los Alpes franceses, donde hirió a cinco personas, entre ellas cuatro niños pequeños, antes de ser detenido.
«Ataque absolutamente cobarde esta mañana en un parque en Annecy (…) La Nación esta conmocionada», tuiteó el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresando su apoyo a las víctimas y sus familiares.
El agresor tenía papeles indicando que era un refugiado sirio y no estaba fichado por la policía, aunque su identidad no está confirmada al 100%, según una fuente próxima al caso.
El ataque se produjo hacia las 09H45 (07H45 GMT), cuando niños de unos tres años estaban en un parque cerca del lago de Annecy.
Cuatro niños y un adulto resultaron heridos, de los cuales tres –el adulto y dos menores– se encuentran en peligro de muerte, indicó a la AFP otra fuente próxima al caso, revisando a la baja un primer balance de siete heridos.
Según el diario regional Dauphiné libéré, las víctimas fueron trasladadas al hospital Annecy Genevois y los testigos, a un edificio próximo al lugar del drama, que se encuentra acordonado por la policía.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, y el ministro del Interior, Gérald Darmanin, se desplazarán a esta turística ciudad de los Alpes de unos 140.000 habitantes, anunciaron a la AFP sus oficinas.
De izquierda a extrema derecha, los líderes políticos condenaron el ataque y expresaron su solidaridad con las víctimas y sus familiares. La Asamblea Nacional observó un minuto de silencio.
En un contexto de tensión política sobre una futura reforma migratoria, el líder del partido opositor de derechas Los Republicanos (LR), Éric Ciotti, que aboga por endurecer el asilo, urgió este jueves a «sacar las consecuencias» del ataque «sin ingenuidad, con fuerza y lucidez».
Francia ha sido blanco de una serie de traumáticos ataques yihadistas en la última década, como los perpetrados contra la revista satírica Charlie Hebdo, el Stade de France y la sala de conciertos Bataclan en 2015, y la ciudad de Niza (sureste) en 2016.
Más recientemente, la decapitación de un profesor a plena luz del día en 2020 cerca de su escuela a las afueras de París a manos de un refugiado checheno provocó una oleada de dolor y un debate nacional sobre la influencia del islam radical en Francia.