La hija de Aída Merlano Rebolledo enfrentará en juicio la posibilidad de pagar hasta 20 años de cárcel, bajo los cargos de ser ficha clave en la fuga de la polémica ex congresista y por supuestamente manipular a su hermano, menor de edad, para que participara en el plan criminal.
Este martes, Aída Merlano Manzaneda tendrá que presentarse de nuevo ante un juez de Bogotá para escuchar la acusación formal de la Fiscalía en su contra. El juez le preguntará una vez más si acepta los cargos imputados el año pasado.
El ente acusador leerá la acusación contra Merlano Rebolledo y el odontólogo Javier Guillermo Cely Barajas, en la que reseñan casi un centenar de testimonios y pruebas en contra de los dos procesados.
La Fiscalía dice que la escandalosa evasión, que quedó registrada en videos de varias cámaras de seguridad, contó con la complicidad de Javier Guillermo Cely Barajas y Aída Victoria Merlano Manzaneda.
El documento señala que la joven coordinó la fuga de su madre cuando acudió a una cita odontológica como fachada para que pudiera consumar el plan el pasado 1° de octubre.
Este es el momento cuando Aída Merlano se sube a la motocicleta y se fuga | Archivo
La joven, acusa la Fiscalía, realizó todas las gestiones para que en el preciso momento llegara una motocicleta al lugar y recogería a la ex congresista para emprender la huida.
«Adicional a eso le suministró algunos elementos tales como teléfonos móviles para que ella pudiera culminar y llevar a satisfacción su plan de escape», agrega el texto.
De ser hallada culpable, la joven Merlano se expone a una pena inicial por fuga de presos, hasta de 9 años de cárcel.
«Conocía que contribuía a la fuga de la señora Aída Merlano Rebolledo y quiso hacerlo. Con su conducta lesionó el bien jurídico tutelado de la eficaz y recta administración de justicia», señala el documento.
El segundo delito imputado es, sin embargo, el que podría traerle mayores consecuencias.
El ente investigador dice que la joven utilizó e instrumentalizó a su hermano de 17 años para cometer el delito de fuga de presos.
Utilizar a menores de edad para cometer delitos tiene cárcel hasta 20 años, a lo que se sumaría el agravante de haber participado en un plan criminal con otras personas.