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Harris y Trump se lanzan a la carrera final por la Casa Blanca

por Avatar AFP

Kamala Harris y Donald Trump emprenden este viernes una maratoniana carrera final de 10 semanas rumbo a las presidenciales del 5 de noviembre, con la demócrata subiendo como la espuma tras un discurso electrizante de la víspera con el que aceptó la nominación del Partido Demócrata.

A menos de tres semanas de un esperado debate entre la vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano -y a solo un mes de que comience la votación anticipada-, los sondeos muestran que la batalla por la Casa Blanca está reñida.

Harris sale de la Convención Nacional Demócrata celebrada esta semana en Chicago con el viento a favor.

Ha superado a Trump en las encuestas, borrando la ventaja que mostraba el republicano antes de que ella sustituyera hace un mes al presidente Joe Biden como candidata demócrata.

Sin embargo, no se durmió en los laureles. «Esto estuvo bien, pero ahora tenemos que seguir adelante», declaró a NBC News.

Dan Kanninen, uno de los encargados de la campaña de Harris, advirtió que la carrera «no ha cambiado en lo fundamental» y sigue «muy, muy ajustada».

Un nuevo giro en una contienda ya muy agitada podría producirse este viernes con el esperado anuncio por el candidato de un tercer partido, Robert F. Kennedy Jr, de que respaldará a Trump.

Kennedy, un teórico de la conspiración que ha sido rechazado por gran parte de su famosa familia, tiene escaso apoyo propio, pero aun así podría incidir en favor del republicano en una elección que seguramente se decidirá por márgenes minúsculos.

Harris aceptó la nominación presidencial de su partido en una deslumbrante última noche en Chicago, arropada por una constelación de estrellas y celebridades, que preparó el terreno para un agotador sprint hacia los comicios.

En apenas un mes, la primera mujer negra con posibilidades de llegar a la Casa Blanca logró revitalizar a su partido y captar donaciones récord para su campaña de 500 millones de dólares y está viviendo una luna de miel.

Su campaña recibió otro impulso potencial cuando el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que «ha llegado el momento» de un recorte de las tasas de interés, algo que reducirá los costos hipotecarios y otras presiones inflacionarias para los votantes.

El retiro de Kennedy

Los posibles obstáculos para Harris provienen de tensiones internas en el partido sobre la política estadounidense en relación con la Franja de Gaza y el retiro de Kennedy de la contienda.

El miembro del clan Kennedy tiene previsto hacer un anuncio en Arizona, donde también se encuentra en campaña Trump este viernes y promete presentar a un «invitado especial».

La compañera de fórmula de Kennedy, Nicole Shanahan, afirmó en X que los demócratas la estaban «inundando» con «llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos frenéticos». Están «aterrorizados ante la idea de que nuestro movimiento una fuerzas con Donald Trump», dijo.

Sin embargo, los analistas están divididos sobre el efecto que tendría una salida de Kennedy.

Pesos pesados demócratas como Michelle Obama y Bill Clinton o el compañero de fórmula de Harris, Tim Walz, han advertido que el partido podría perder frente a los republicanos de Trump si cae en triunfalismos.

Conquistar el centro

Trump ha estado en gran medida tratando de movilizar a su base conservadora con advertencias apocalípticas sobre los «migrantes criminales» y pintando un panorama oscuro de un país en «decadencia» que solo él puede salvar.

En la otra orilla, Harris y los demócratas se han acercado al centro.

A lo largo de esta semana, los estrategas demócratas exhibieron en Chicago un desfile de republicanos anti-Trump, incluidos exfuncionarios del gabinete del expresidente, un alcalde de una pequeña ciudad y un extitular de un cargo estatal.

«Si votas por Kamala Harris en 2024, no eres un demócrata, eres un patriota», dijo el exvicegobernador de Georgia Geoff Duncan.

Mientras que antes caracterizaban a Trump como un demagogo, los demócratas han comenzado ahora a burlarse del candidato republicano de una manera diseñada para menospreciarlo y hacer mella en su aura de invencibilidad.

Harris lo calificó incluso de persona «poco seria» en su discurso de aceptación de la nominación.