Mantener conversaciones con China «no es un signo de debilidad» por parte de Washington, aseguró el domingo a la CNN la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, quien consideró por el contrario que no hablar conduce a mayores tensiones y malentendidos.
«No acepto la idea de que hablar y comunicarse sea un signo de debilidad» hacia China, insistió Raimondo. «No hablar conduce a una escalada, a errores de juicio y a malentendidos, lo que es malo para los estadounidenses».
La secretaria de Comercio visitó China la semana pasada y mantuvo conversaciones con su homólogo Wang Wentao y con el primer ministro Li Qiang.
Esta visita, la cuarta de un miembro del gobierno estadounidense en los últimos meses, tenía como objetivo reforzar las comunicaciones con Pekín, sin ignorar temas tensos, en particular el pirateo de su propia cuenta de correo electrónico por hackers informáticos chinos sospechosos de contar con el apoyo de Pekín.
«Quería dejarles claro que no somos tontos, que no hacemos la vista gorda ante la realidad de lo que intentan hacer», insistió el domingo.
«Quería recordarles que es difícil construir una relación de confianza cuando se producen este tipo de acciones», añadió Raimondo.
Hablar con China «no es un signo de debilidad»
Según la secretaria de Comercio, sus interlocutores reconocieron que Estados Unidos dispone de «un enorme número de herramientas» para mantener la presión sobre China.
«Hemos sido muy claros: estamos listos y capacitados para utilizarlas si es necesario», declaró, añadiendo que, no obstante, «en interés de Estados Unidos y China, y en interés del mundo, es necesario que mantengamos una relación comercial estable».
Las relaciones bilaterales siguen tensas en varias cuestiones, desde el comercio, hasta Taiwán y el mar de China Meridional.
Entre los principales desacuerdos están las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos a la exportación de determinados productos a China. Washington considera cruciales para preservar su seguridad nacional.
Pekín, sin embargo, sostiene que su principal objetivo es frenar el crecimiento económico y el desarrollo de la potencia asiática.