António Guterres, secretario general de la ONU, dijo este viernes que el mundo no puede permitirse otra guerra en el golfo Pérsico.
Esta sería su primera reacción luego de la muerte del general iraní Qasem Soleimani, a cargo de los asuntos iraquíes en el ejército ideológico de Irán, en un ataque de Estados Unidos.
«El secretario general ha defendido constantemente la reducción de las tensiones en el golfo. Está profundamente preocupado por la reciente escalada», aseguró el portavoz de Guterres, Farhan Haq, en un breve comunicado.
Soleimani murió en un bombardeo de un convoy en el aeropuerto de Bagdad, ordenado por Estados Unidos.
En el ataque también fallecieron otras ocho personas, entre ellas Abu Mehdi al Muhandis, el número dos del Hashd.
Fallecieron cuando unos proyectiles cayeron sobre un convoy de las Fuerzas de Movilización Popular, explicaron altos cargos que pidieron conservar el anonimato.
Esto ocurrió tan solo tres días después de que manifestantes proiraníes atacaron la Embajada de Estados Unidos en dicho país.
Irak, desde hace años entre dos fuegos por la rivalidad de dos de sus aliados, Estados Unidos e Irán, ha sido escenario en las últimas semanas de una espiral de tensión que amenaza con convertir al país en un campo de batalla.