Los militares golpistas de Níger acusaron el lunes a la antigua potencia colonial, Francia, de querer intervenir militarmente, un día después de que países de África Occidental amenazaran con usar la fuerza si no se restablece el orden constitucional.
La jefe de la diplomacia francesa, Catherine Colonna, desmintió las acusaciones de la junta y dijo que todavía es posible restablecer en sus funciones al presidente elegido democráticamente, Mohamed Bazoum.
«Y es necesario, pues esas desestabilizaciones son peligrosas para Níger y sus vecinos», declaró a la cadena de televisión BFMTV.
Burkina Faso y Malí, vecinos de Níger con gobiernos surgidos de golpes de Estado, advirtieron en un comunicado conjunto que una intervención militar «sería considerada como una declaración de guerra» contra ellos.
También aseguraron que provocaría la retirada de ambos países de la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) y a la adopción de medidas de legítima defensa en apoyo a las fuerzas armadas y al pueblo de Níger.
La presión contra los golpistas, que tomaron el poder el 26 de julio, es cada vez más fuerte por parte de los aliados occidentales y africanos de Níger, un país clave en la lucha contra los grupos yihadistas que operan en el Sahel.
Nuevo líder
El general Abdourahamane Tiani, líder de la guardia presidencial, se autoproclamó el viernes como nuevo líder, justificando el golpe en la degradación de la situación de seguridad en el país, asolado por la violencia de grupos yihadistas como el Estado Islámico y Al Qaida.
Francia y Estados Unidos tienen desplegados respectivamente 1.500 y 1.100 soldados para participar en el dispositivo antiyihadista.
Los militares que han tomado el poder han centrado sus críticas en Francia, que brindó su apoyo al presidente Bazoum, retenido desde el miércoles en el palacio presidencial.
La junta acusó el lunes a París de haber lanzado el domingo gas lacrimógeno contra los manifestantes progolpistas delante de la embajada francesa.
«En su búsqueda de vías y medios para intervenir militarmente en Níger, Francia, con la complicidad de algunos nigerinos, mantuvo una reunión con el Estado Mayor de la Guardia Nacional de Níger, para obtener las autorizaciones políticas y militares necesarias» para restablecer a Mohamed Bazoum en sus funciones, aseguró la junta en un comunicado.
El lunes tuvo lugar una nueva manifestación de apoyo a la junta militar en Zinder, a 850 kilómetros al este la capital.
«Detenciones abusivas»
Los dirigentes y representantes de la CEDEAO dieron el domingo un ultimátum a la junta militar con una semana de plazo para restablecer el orden constitucional y no descartaron el uso de la fuerza si esto no sucedía.
Esa organización regional, de la que Níger es miembro, también decidió «suspender todas las transacciones comerciales y financieras» entre sus Estados miembros y Niamey, y congelar los bienes de los responsables militares implicados en el golpe.
El primer ministro nigerino, Ouhoumoudou Mahamadou, dijo a la cadena France24 que las sanciones van a ser una catástrofe tanto a nivel económico como social.
El Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS, en el poder), denunció las detenciones abusivas de cuatro ministros -Interior, Petróleo, Minas y Transportes-, un exministro y líder del partido, en un comunicado enviado a AFP los lunes. Fuentes cercanas a la presidencia también anunciaron la detención del ministro de Educación Superior.
La Unión Europea (UE) advirtió el lunes que haría responsables a los golpistas de cualquier ataque contra civiles, o el personal o las instalaciones diplomáticas. La UE apoyará rápida y firmemente las decisiones de la CEDEAO, afirmó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Mientras, países como España y Alemania anunciaron la suspensión de la ayuda a la cooperación al país.
Rusia instó por su parte al restablecimiento lo antes posible de la legalidad en el país y pidió a las partes moderación para evitar pérdidas humanas, en palabras del portavoz de la presidencia, Dmitri Peskov.
Después de Malí y Burkina Faso, Níger es el tercer país de la región en sufrir un golpe de Estado desde 2020. Con 20 millones de habitantes, es una de las naciones más pobres del mundo, a pesar de sus recursos en uranio.