El gobierno francés retiró este sábado provisionalmente la controversial medida que preveía retrasar de 62 a 64 años la edad mínima para cobrar una pensión completa.
La decisión responde a la necesidad de seguir negociando con los sindicatos, que volvieron a movilizar a miles de manifestantes en toda Francia.
«Con el fin de demostrar mi confianza en los interlocutores sociales (…) estoy dispuesto a retirar del proyecto de ley la medida a corto plazo que había propuesto», escribió el primer ministro Edouard Philippe en una carta dirigida a los sindicatos.
Philippe condicionó el retiro definitivo de esta medida a que se encuentre un acuerdo sobre «el equilibrio y el financiamiento de las pensiones» durante un encuentro previsto con las organizaciones sindicales y patronales.
Caso contrario, dijo, el gobierno «tomará por decreto las medidas necesarias para alcanzar el equilibrio de aquí a 2027».
Más negociaciones
El principal sindicato opositor, la CGT, advirtió rápidamente que seguía «más resuelta que nunca» para lograr la retirada total del proyecto, mientras que otra central más moderada, la CFDT, se declaró dispuesta a seguir negociando tras la retirada de esa edad mínima.
De todas formas, todos los sindicatos volvieron a convocar a una nueva manifestación el próximo jueves 16 de enero.
La reforma del sistema de pensiones es una de las promesas electorales más ambiciosas del presidente Emmanuel Macron.
Este sábado desfilaron 149.000 personas en toda Francia en contra de la reforma, según el Ministerio del Interior; 500.000 según la CGT.
Fue la quinta manifestación en poco más de un mes.
La jornada se vio empañada por choques con la policía y actos de vandalismo perpetrados por manifestantes violentos que rompieron vidrieras y saquearon varios comercios.
«¡Seguimos aquí!» y «¡Macron renuncia!», corearon los manifestantes. También hubo protestas en otras ciudades del país, entre ellas Marsella, Toulouse, Lyon y Nantes, donde se registraron igualmente algunas escaramuzas.
«Justicia social»
Los transportistas, profesores, abogados y médicos, entre otros, exigen el retiro total del proyecto, que prevé la fusión de los 42 regímenes de pensiones actuales, organizado por profesiones, y la instauración de un nuevo sistema de cálculo, único y por puntos.
«Este sistema universal es un gran proyecto de justicia social», señaló el primer ministro en su carta, en la que reiteró la voluntad del gobierno francés en seguir adelante con este capítulo de su explosiva reforma.
Por ello, el anuncio de este sábado no se traducirá necesariamente en el fin de la huelga en los transportes, que tiene semiparalizado al país desde hace 38 días, ni en las escuelas o tribunales.
Macron, que dejó a cargo de esta reforma a su primer ministro, salió el viernes de su silencio para defender su proyecto. Lo estima necesario frente al aumento de la esperanza de vida.
«¿Cómo se hace cuando cada vez hay menos activos para financiar las pensiones de personas que viven cada vez más tiempo?», se preguntó.
«O cotizamos más o asumimos trabajar un poco más», señaló el mandatario del gobierno francés, quien participaba en una convención ciudadana sobre el cambio climático.
«Hay desacuerdos, los escucho. Pero se debe encontrar un buen compromiso», urgió el presidente.
En las últimas semanas el gobierno ya ha hecho una serie de concesiones al personal policial y militar, así como a los pilotos y controladores aéreos. Les ha permitido seguir jubilándose de forma anticipada.