Dede Quibdó, el presidente de Colombia, Iván Duque, confirmó este domingo la muerte en medio de una operación de las autoridades de Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias Pedro o Uriel, tercer jefe del frente de Guerra Occidental del ELN, que opera en Chocó.
«Ha caído una de las figuras más visibles de esa organización terrorista, un delincuente que usaba la redes para hacer apología del delito», expresó Duque, al calificar este como un golpe de suma importancia, reseñó El Tiempo.
Añadió que Uriel era uno de los guerrilleros que se adjudicó el atentado a la escuela de cadetes en Bogotá.
«Cayó un criminal peligroso, responsable de delitos como secuestro, asesinato de líderes sociales, hostigamiento a poblaciones, asesinato de soldados y policías y estimular el reclutamiento de menores», subrayó el presidente colombiano.
A Quibdó también se desplazaron el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa; el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y la Cúpula de las Fuerzas Militares y de Policía.
Trujillo dijo que este es un paso muy importante en la creación de más condiciones de seguridad para lograr la reactivación de Colombia. «Seguiremos combatiendo con toda la fuerza legítima del Estado a los grupos terroristas porque los colombianos tenemos derecho a vivir tranquilos», expresó.
El general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares, explicó que con este importante golpe se muestra la articulación, organización y entrenamiento de los uniformados, así como «un Estado que equipa a sus hombres con tecnología de punta para localizar a los bandidos que se esconden en las selvas».
Y el fiscal general Francisco Barbosa indicó que un fiscal venía adelantando una investigación contra Uriel, contra quien se logró orden de captura por rebelión y terrorismo.
«Para hacer efectiva esa orden de captura se ordenó el allanamiento de una vivienda de Barronato en Nóvita, Chocó. En el contexto de esa diligencia se presenta un enfrentamiento donde resulta muerto el señor alias Uriel», comentó Barbosa.
El fiscal añadió que se desplazó a la zona un equipo de criminalística que se encargará de los actos para lograr la plena identidad del comandante guerrillero. Barbosa concluyó diciendo que Uriel estaba vinculado con las estructuras de terrorismo urbano: «Estaban asolando las ciudades en septiembre de este año y que habían tenido vínculos también con lo ocurrido en noviembre del año pasado».
Este comandante guerrillero venía tomando importancia en los últimos años, no solo por sus operaciones en Chocó, sino porque le gustaba aparecer en redes sociales, en las que divulgaba sus actividades y hasta compartía audios y videos. Incluso, en algunas oportunidades, atendió entrevistas de medios de comunicación colombianos e internacionales.
De hecho, las autoridades lo señalaban como el principal influenciador de la doctrina del ELN por medio de redes sociales y medios de comunicación.
También se lo acusaba de promover la implementación de paros armados, generando terrorismo cibernético e intimidación en la población civil.
Entre las más recientes apariciones de Uriel está el audio que difundió por redes sociales el 22 de septiembre pasado, en el que habló de la participación de milicianos en las manifestaciones del 9 y 10 de septiembre —luego del homicidio de Javier Ordóñez tras un operativo policial— e incitó a seguir destruyendo CAI.
De acuerdo con la Fuerza Pública, Uriel tenía una trayectoria criminal de más de 25 años en el ELN, en la organización escaló hasta convertirse en una persona cercana a alias Pablo Beltrán, integrante del Comando Central del ELN (Coce), responsable del brazo político de la organización.
Se le señala como responsable de la formación de células urbanas del ELN y del direccionamiento de acciones terroristas usando artefactos explosivos, buscando, mediante el Frente de Guerra Urbano Nacional, infundir caos en los principales centros poblados del país.
Uriel era además el encargado de articular la estrategia de comunicación internacional del ELN y fue uno de los principales opositores de las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero.
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