El presidente de Chile, Gabriel Boric, reconoció recientemente que en Venezuela la instituciones están deterioradas, aunque descartó romper relaciones diplomáticas con el país.
«En Venezuela las instituciones, por lo menos en el marco del Estado de derecho que tenemos en Chile, están claramente deterioradas», dijo Boric en su gira por Europa al medio DW.
Tras la tensión que se generó entre Chile y Venezuela por el crimen del teniente Ronald Ojeda, Boric descartó romper relaciones, argumentando que «en política internacional, yo creo que lo más importante es obtener resultados, y los resultados, por lo general, se obtienen conversando y no rompiendo, se obtienen construyendo puentes y no muros».
En respuesta a las afirmaciones del mandatario, el vicepresidente de la Cámara Eric Aedo dijo: «Chile tiene el deber de reconsiderar el romper relaciones diplomáticas con esa dictadura, que además está generando un daño enorme a nuestro país».
«Si el presidente tiene el convencimiento de que las instituciones en Venezuela están dañadas y eso es producto de que simplemente se trata de un régimen dictatorial, entonces creo que es insostenible en el tiempo que Chile mantenga relaciones diplomáticas con Venezuela; y la decisión sensata, en mi opinión, debiese ser romper relaciones», agregó, según el diario Emol.
Asimismo, el diputado Jaime Araya manifestó: «Lo que sostiene el presidente reafirma la necesidad de terminar las relaciones diplomáticas con Venezuela, es una dictadura que ampara delincuentes y que tiene una actitud hostil con Chile, no acepta vuelos chárter para expulsiones, no permite la extradición de delincuentes venezolanos para ser juzgados en nuestro país, y en definitiva esa relación unidireccional que solo beneficia a la narcodictadura, que tiene a 8 millones de venezolanos dando vueltas por el continente, debiera terminarse porque debe haber una señal clara del progresismo decidido a enfrentar con firmeza al dictador Maduro».
El diputado Raúl Leiva: «Las relaciones con Venezuela están deterioradas y esto, a mi juicio, es producto de la irresponsabilidad y falta de consistencia de las actuaciones y declaraciones de personeros venezolanos y no de la seriedad y responsabilidad con la cual el Estado de Chile ha conducido, o el gobierno ha conducido debidamente, las relaciones diplomáticas, que tienen un canal distinto y formas de comportamiento diferentes, siempre con sentido de Estado».
Sobre las relaciones con el régimen de Maduro, Leiva hizo hincapié en que es importante que se mantenga un «adecuado respeto a la institucionalidad de nuestro país, que funciona en un marco democrático, a diferencia de lo que ocurre en Venezuela».