Mientras que el resto de Europa y numerosos países del mundo imponen severas restricciones a la vida pública y cierran fronteras y negocios para frenar la pandemia del coronavirus, Suecia está adoptando un enfoque más relajado para responder al brote.
El gobierno sueco abogó por trabajar desde la casa, si es posible, y evitar viajes no esenciales; además, se les aconsejó a los ancianos que evitaran el contacto social y se le recomendó a la población que se lavara las manos con frecuencia.
Sin embargo, a diferencia de otras naciones nórdicas, como Dinamarca, Finlandia y Noruega, el país no ha cerrado sus fronteras ni los negocios no esenciales, así como tampoco prohibió reuniones de más de dos personas, como hicieron Alemania y Reino Unido.
No obstante, las reuniones de más de 50 personas sí están prohibidas a partir del domingo. Inicialmente, el país solo había suspendido las congregaciones de más de 500 personas.
Asimismo, las autoridades han pedido a restaurantes, bares, cafeterías y discotecas que ofrezcan únicamente servicio de mesa. Por otro lado, si bien se han cerrado universidades y colegios, las escuelas con estudiantes menores de 16 años de edad permanecen abiertas.
Medidas voluntarias en Suecia
Anders Tegnell, epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, aseguró en una entrevista con CNBC que, si bien los métodos usados para combatir el virus son diferentes, el objetivo será el mismo que el de otros países: «Frenar la propagación para mantener el sistema de salud y la sociedad funcionando».
«Suecia optó, principalmente, por medidas voluntarias, porque así estamos acostumbrados a trabajar», explicó Tegnell. Y agregó que la agencia explicó a la población por qué es necesario el distanciamiento social, «y hasta ahora, ha estado funcionando razonablemente bien».
Tegnell argumentó que la curva de las tasas de infección y mortalidad en Suecia «es menos pronunciada que en otros países», y eso es lo que pretenden lograr. Tras destacar que las encuestas de opinión muestran que el público sueco está, en general, a favor del enfoque de su agencia, Tegnell no descartó, no obstante, medidas más estrictas en el país si se produjera un fuerte aumento de los casos.
Críticas
No todos los expertos apoyan la estrategia adoptada. Ya el pasado 10 de marzo un grupo de médicos e investigadores escribieron un artículo de opinión advirtiendo sobre un posible «impacto desastroso» en el servicio de salud nacional. Esto, si no se toman medidas más duras a fin de frenar la pandemia.
El 24 de marzo, más de 2.000 destacados investigadores y profesores universitarios suecos enviaron una carta abierta al gobierno en la que pedían medidas más estrictas. «Tengo la sensación de que quieren propagar la infección para obtener una inmunidad, pero es bastante cínico, porque tendrá un costo de cientos, si no miles de vidas», advirtió Olle Kämpe, uno de los firmantes y profesor en el Instituto Karolinska, la principal universidad médica de Suecia, que fue citada por The Telegraph.