La llegada de los primeros frentes fríos se ha ensañado con cientos de venezolanos varados en la frontera mexicana con Estados Unidos, en particular en Ciudad Juárez, donde los migrantes duermen en las calles con temperaturas que bajan hasta los 4 grados centígrados.
Tras las restricciones anunciadas hace dos semanas por el gobierno de Estados Unidos, que ahora deporta de inmediato a venezolanos que lleguen por tierra, cientos de migrantes acampan a las orillas del río Bravo, que divide a México y Estados Unidos, mientras tratan de protegerse de las bajas temperaturas extremas de la región.
Algunos cuentan con cobijas y casas de campaña que les han regalado asociaciones civiles, pero aún tienen carencias de baños portátiles, regaderas y alimento.
En varias ocasiones, decenas de migrantes se han manifestado para exigir al gobierno de Estados Unidos que les permita trabajar.
Este panorama ocurre después de la nueva política de Estados Unidos, que el 12 de octubre anunció 24.000 visas humanitarias para venezolanos que lleguen por avión y que tengan un patrocinador, pero a la par ordenó la expulsión inmediata de quienes lleguen por la frontera con México.
Desde esta medida, se estima que a diario llegan 200 migrantes, en su mayoría venezolanos, de acuerdo con autoridades estatales de Chihuahua.
Desolación entre venezolanos
Un ejemplo de la desolación es el venezolano Juan Carlos Bonilla, quien cruzó siete países para llegar a esta frontera.
«Doy gracias al pueblo de México, que nos han apoyado con comida. Estamos tristes por la medida que ha tomado el gobierno de Estados Unidos, el presidente (Joe) Biden había dicho que hasta marzo del 2024 podríamos cruzar los venezolanos y abruptamente nos cerraron la frontera», declaró a EFE.
«La última opción sería entregarnos con las autoridades estadounidenses y que nos deporten a Venezuela», agregó.
Otro caso es el de José Enrique Zapata, también de Venezuela, quien agradeció la comida donada por los habitantes de Juárez.
“Somos más los venezolanos buenos, estamos en pie de lucha y queremos que el presidente Biden nos tome en cuenta, no podemos regresar a nuestro país, si regresamos es traición a la patria y sería morir de hambre o miseria», expresó.
Crisis humanitaria
El panorama refleja que en la frontera México-Estados Unidos, entre octubre de 2021 y agosto pasado más de 150.000 migrantes de Venezuela han sido arrestados en comparación con 50.499 en el mismo periodo del año anterior.
Pero el canciller de México, Marcelo Ebrard, ha insistido en que tras la expansión del Título 42, que «no es un acuerdo con México» sino «una medida de Estados Unidos», el país ha recibido a «cientos, no miles» de venezolanos expulsados.
En Ciudad Juárez, en la frontera con Texas, organismos internacionales han intervenido ante esta crisis humanitaria.
Marcos Torres, uno de los dirigentes de la Iglesia de la Fe en Cristo Jesús, dijo a EFE que «hay gente que ha tardado hasta diez meses desde su país de origen para llegar aquí».
«Hay muchos niños, todo aquel ciudadano que quiera apoyar bienvenido. Hemos tratado de apoyar sus necesidades básicas como son alimentación y calzado, pero requieren baños móviles y regaderas», mencionó.
Comentó que hay muchos refugiados en situación de calle, por eso invitó a la comunidad a sumarse y a apoyarlos.