El portavoz del gobierno de Francia, Gabriel Attal, explicó este martes que se está poniendo en marcha toda la organización para que los niños de 5 a 11 años de edad puedan inmunizarse contra el covid en los centros de vacunación a partir del próximo día 20.
Attal añadió, en una entrevista a la emisora de radio France Inter que desde el 27 de diciembre también se les podrá vacunar en los gabinetes médicos y en las farmacias, todo ello a condición de que de aquí a entonces las instancias médicas den el visto bueno.
Por ahora, la Alta Autoridad de la Salud ya ha recomendado vacunar a los niños menores de 12 años susceptibles de desarrollar una forma grave del coronavirus por sus antecedentes médicos o que viven con personas inmunodeprimidas, lo que representa un colectivo de poco más de 360.000 personas.
En los próximos días, la HAS debe pronunciarse oficialmente también sobre la vacunación del resto de los que tienen entre 5 y 11 años. Si recomienda su inmunización, el Ejecutivo ya ha avanzado que no habrá ninguna obligación.
En Francia no es obligatorio tampoco para los adultos vacunarse, aunque desde finales de julio se ha impuesto el certificado sanitario para muchos actos de la vida social, como ir al cine, al teatro, a un espectáculo, a un estadio o a un bar y a un restaurante.
Eso «ha funcionado», según Attal, ya que la tasa de vacunados en Francia es muy superior a la de otros países europeos que no lo habían hecho (hasta el lunes había recibido la pauta completa 75,7% de la población total), algunos de los cuales se plantean instaurar esa obligación.
El portavoz del gobierno, aunque dijo no saber cuándo se llegará al pico de la quinta ola que sacude ahora Francia, insistió en que «lo que está claro es que sigue subiendo y que va a seguir subiendo en los hospitales».
El Instituto Pasteur calcula que hacia el 12 de diciembre habrá 3.000 personas con covid en las unidades de cuidados intensivos, frente a las 2.191 de ayer (125 más que la víspera), cuando se comunicaron además 192 muertes por la enfermedad en los hospitales.
Para hacer frente a ese incremento de la incidencia y de las hospitalizaciones (el lunes había 12.096 internados por coronavirus), el Ejecutivo anunció ayer un refuerzo del dispositivo, en particular el cierre durante al menos cuatro semanas desde el viernes de las 1.200 discotecas del país y el endurecimiento del protocolo sanitario en los centros escolares.
Attal justificó la primera de esa medida porque el riesgo de contagio de los que van a las discotecas es ocho veces superior. Al mismo tiempo, insistió en que el sector, que ya tuvo un cierre administrativo de 16 meses hasta el pasado verano por la pandemia, recibirá «un acompañamiento masivo».
En lo que se refiere a las escuelas, los alumnos tendrán que llevar mascarilla en todos los espacios, incluido el patio de recreo, y los centros habrán de organizarse para que haya la mínima mezcla de grupos en los comedores.