Benjamín Netanyahu se convirtió este jueves en el primer ministro en la historia de Israel en haber sido acusado de corrupción, lo cual él atribuyó a “falsas acusaciones por motivos políticos equiparables con un golpe de Estado”.
“El fiscal general Avichai Mandelblit decidió presentar cargos contra Netanyahu por corrupción, fraude y abuso de confianza”, anunció el Ministerio de Justicia en un comunicado.
“Todo esto tiene como objetivo mi caída”, reaccionó Netanyahu en una rueda de prensa durante la cual puso en duda la independencia de la justicia israelí.
“Atrincherado en el poder”
Pese a la acusación, Netanyahu podrá permanecer en el cargo de primer ministro, como lo establece la ley israelí.
“Continuaré dirigiendo este país”, aseguró. Esto generó la reacción de su rival Benny Gantz.
Tras el anuncio del fiscal, Gantz acusó a Netanyahu de atrincherarse en el poder y lo instó a dimitir para que se concentre en enfrentar los cargos que le imputan.
El proceso podría acabar con la carrera política de quien más tiempo ha ocupado el cargo de primer ministro en Israel, el cual detenta desde 2009.
Favores y regalos
El fiscal Mandelblit inculpó a Netanyahu por tres casos.
En primer lugar, se le acusa de hacer favores gubernamentales a la sociedad de telecomunicaciones Bezeq a cambio de una cobertura mediática favorable.
También se le imputa de haber recibido más de 700.000 séqueles (alrededor de 185.000 euros) en regalos de parte de personalidades, en especial del productor Arnon Milchan y del millonario australiano James Packer, a cambio de favores financieros o personales.
Además, es sospechoso de haber tratado de conseguir una cobertura favorable en el principal diario de pago de Israel, el Yedioth Ahronoth.