La victoria electoral del republicano Donald Trump ha generado ansiedad en Filipinas sobre el futuro de sus ciudadanos indocumentados residentes en Estados Unidos, 350.000 según datos oficiales, entre peticiones al país asiático para prepararse ante posibles cambios de las políticas de Washington.
Imee Marcos, senadora y hermana del actual presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., se convirtió este lunes en la última voz en expresar la preocupación creciente en Filipinas sobre la vuelta de Trump al poder.
«Al final, no importa cómo de fuerte sean nuestros aliados, solo podemos depender de nosotros para defender a Filipinas», dijo en un comunicado la también presidenta del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Filipinas.
El futuro de cientos de miles de ciudadanos filipinos residentes de forma irregular en Estados Unidos es una fuente particular de preocupación, tras la promesa hecha por Trump durante su campaña de expulsar a las más de 11 millones de personas que viven en EE UU sin un estatus legal.
Al menos 350.000 migrantes de Filipinas viven en Estados Unidos
Según el informe más reciente de la Oficina de Seguridad Nacional estadounidense, unos 350.000 filipinos residían de forma irregular en EE UU en 2022, formando la quinta población de personas en esta situación por detrás de países como México (4,8 millones) o Guatemala (750.000).
«Necesitamos un plan para estas familias que podrían verse obligadas a volver a casa», urgió Marcos, pidiendo la puesta en marcha de programas de reinserción para los posibles deportados.
También el presidente del Senado, Francis Escudero, llamó el pasado domingo al gobierno de Filipinas a prepararse ante posibles cambios en las políticas de Washington.
«Lo que (Trump) ha dicho que planea hacer, algunas cosas desde el primer día de su administración, seguramente nos va a impactar», dijo en un comunicado.
Ambas advertencias llegan después de que el embajador filipino en Estados Unidos, Jose Manuel Romualdez, aconsejara el pasado viernes a sus compatriotas en situación irregular que abandonasen Estados Unidos antes de ser expulsados.
«Mi consejo para muchos de nuestros compatriotas que en realidad todavía están aquí pero no pueden obtener ningún tipo de estatus es que no esperen a ser deportados, porque puedo ver que la administración del presidente Trump realmente va a ser muy estricta con la política de inmigración que pretende poner en marcha», dijo Romualdez durante una rueda de prensa.
Sin embargo, el embajador señaló que Manila espera que las relaciones bilaterales en materia económica y de defensa continúen sin grandes cambios bajo la nueva administración de Trump.
Filipinas mantiene desde 1951 un tratado de mutua defensa con Estados Unidos, que el actual presidente saliente, Joe Biden, fortaleció con acuerdos complementarios durante su administración con un mayor entendimiento bilateral tras el mandato del expresidente filipino Rodrigo Duterte (2016-2022), quien se acercó a China.